
La película francesa Cero en conducta, de Jean Vigo, ya desde el titulo nos provoca a recordar aquellos tiempos. Pero de la mejor manera posible imaginada, cine arte. Planos increíbles, niños realmente enojados, chicos malos, traviesos pero en serio. Nada de esas situaciones tan entupidas que podemos ver en las comedias norteamericanas; esto es poesía vanguardista.
Solo imaginen ver niños pequeños comportándose como granujas de la peor monta sin perder aquella dulzura tan propia de la infancia. Humor escrementoso, insultos a la religión en particular y a la autoridad en general Todo en un cortometraje que de seguro quien vea no olvidará; tal vez solo comparable a leer un antipoema o beber una gaseosa ofensivamente helada y sentir como el gas nos entra por la nariz.


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