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Mostrando las entradas etiquetadas como textos para compartir

Empezar un nuevo año

E mpezar un nuevo año; proponerse otra vez hacer bien aquellas cosas que inevitablemente hacemos mal. Celebrar sin tener del todo claro qué es lo que tenemos que celebrar. Buscar la compañía de otros sin haber, aún, aprendido a convivir con nosotros mismos. Hay quienes esperan estas fechas en las que tienen permiso para celebrar cuando podrían celebrar la alegría de estar vivos cualquier mañana en la que se propusieran empezar un nuevo año.  No todos los inicios de años son iguales. Los pueblos prehispánicos tenían otras fechas; hace treinta años la televisión tenía programas especiales en que incontables rostros fingían que esperaban la llegada del nuevo año en lujosos hoteles mientras no pocas familias, en las poblaciones, compartían aquella fiesta mirando la pantalla del televisor encendido en no pocas de las casas de las poblaciones. Este inicio de nuevo año no hay rostros en los canales de televisión, tampoco hay mucho que celebrar en las poblaciones. La gente celebra porque l...

En algo hay que creer (II y III)

II  S egún avanzaron los años y los siglos; según los hombres y las mujeres se atrevieron a pensar por sí mismos y el raciocinio develó los pobres argumentos de quienes defienden las distintas perspectivas de la fe, las religiones comenzaron a ser menos poderosas. Escribo menos porque como institución tan propia de las civilizaciones les sigue otorgando una incomprensible importancia a los dogmas.     Poco importa en qué lugar del mundo, aquellas verdades de las que presumen quienes, disfrazados de ovejas, simulando su natural agresividad, continúan determinando el libre albedrío de los otros y las otras. Otorgo que cada vez son menos aquellos que conservan la fe de sus mayores, que ante los irrefutables argumentos de la ciencia es muy difícil mantener aquello que se cree o que conviene creer, pero no puedo evitar pensar en que la fe es un pilar que, aunque momentáneamente ignorado, permanece inalterable como sustento de la condición humana. III     ...

En algo hay que creer

* C on una madre que encontró toda la fortaleza que necesitaba para salir adelante con dos hijas y un hijo, sin estudios y con una casa por pagar, en la fe hacía el Dios del que le había hablado su propia madre. Con hermanas que buscaron pertenecer, con suertes dispares, no sólo a una sino o dos o tres iglesias, sería un despropósito asegurar que me mantuve ajeno a las religiones en mi infancia.     Mi mamá nunca nos impuso sus creencias religiosas; alguna vez nos llevó a un par de iglesias para que supiéramos de los evangelios, pero nunca impuso obligación alguna con respecto a creer o a no creer.    Por otra parte, estaba nuestro medio padre; él vociferaba su ateísmo, la improbabilidad de que se alcanzara el bienestar de todos los hombres, mujeres y niños de otra manera que no fuera el comunismo. Tampoco nos impuso nada.     Tanto la una como el otro profesaban su fe para sí mismos, con miedos propios y esperanzas que nunca se cumplieron d...

Especiales hallazgos

R ecuerdo que los diarios y los noticieros de la televisión acostumbraran hacer resúmenes sobre los principales hechos ocurridos en el año cuando faltaban pocos días para terminar el año. Eso voy a hacer este último mes de este 2024 que ha venido a ser un año de "especiales hallazgos".  Comenzaremos por Emil Cioran. Escritor y filosofo rumano que vivió, murió; luego volvió a vivir y a morir entre 1911 y 1995. La muerte era una obsesión para este hombre de un humor oscuro y una oratoria clara a la vez que desesperanzada. Gran parte de su obra se publicó en francés, lo que podría llevar a confusiones (como la manera en la que algunos escriben o dicen su nombre; Émile Cioran. Sus obras, conjunto de aforismos en su mayoría, son un agridulce tratado de decepciones e ironía.  Este "provocador" no se veía así mismo ni como un filosofo ni como un escritor; sin embargo filosofaba y escribía libros a los cuales usaba como excusa para aplazar el suicidio. Contradiciéndose libr...

El problema

E l problema no está en que ahora haya tantos problemas: la falta de honradez, la mediocridad, el arribismo...el problema está en que cada vez más, vemos los problemas como algo que ocurre fuera de nosotros. La culpa la tienen los otros. Nos sentimos mal, y entonces hablamos mal. Se nos llena la cabeza y el alma de angustia, impotencia ante tanta banalidad e injusticia.      Escribimos como si en nosotros no hubiese error cuando el error más irremediable es no ser capaz de verse uno mismo claramente.     No es que desde siempre haya pensado así; también por muchos años cargué con el peso de todo aquello que tantos prefieren no cargar. Miré a los otros y me descubrí muchas veces molesto por todo cuanto no iba ni va bien. Pensaba por entonces que en el silencio se hallaba la paz, después le creí a quienes me dijeron que en la violencia estaba la solución a todos los males que aquejan a este y muchos otros pueblos. Ni la pasividad ni el encono me sirv...

Frases XXV (José Martí)

Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia, nada construyen, porque sus simientes son de odio.   La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.   Los hombres se dividen en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen.   La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía.   Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.   Todo está dicho ya, pero las cosas cada vez que son sinceras son nuevas.   Los amigos exagerados son los mayores enemigos.   Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.   Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre.   En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobr...

Madres de los días

 M aría Trinidad, cuando era niña, se esmeraba para que “pepita”, su muñeca, no sintiera el frío ni el hambre que ella sentía. La abrigaba con su chomba descolorida y le daba de comer de la sopa que, en los días de invierno, María Trinidad, cuando era niña, acostumbraba a imaginar. Herminia del Carmen se prometía a sí misma, cuando su taita le pegaba, no hacer lo mismo con sus hijas y, sin embargo, se sorprendió a sí misma demasiadas veces golpeando a quienes tanto amaba, aterrada de que las niñas repitieran los errores que ella había cometido al hacer la vida. La vida que prueba y mide hasta dónde es capaz de llegar una madre que no tiene otra que endurecerse, más que un poco, para no fallarle a las niñas ni al niño con los que se quedo a solas cuando aprendió que los cuentos de hadas no son ciertos. Cuando pudo haber elegido la muerte y eligió la vida. Marina Soledad no está para cuentos y ama con recelo porque aprendió que amar con los ojos cerrados es un injustificado peligro. ...

La sensibilidad (VIII)

  S i alguna conclusión tengo que sacar de haber conocido a tanta gente es que la extrema sensibilidad hace a algunas personas insoportables. Parecen siempre enojados, siempre alerta y agresivos para que nadie vaya a descubrir que la puerta que da acceso a sus sentimientos es una puertecita de madera muy delgada. De insoportables como esos están llenos mis más justificados sentimientos, de aquellos que si abrían la boca dejaban la grande, tan así que los menos cobardes terminaban o por hacerse sus amigos o por evitarles a como diera lugar porque eran unos intratables.     También están llenos mis recuerdos de aquella mejor llevada hipocresía que en no pocas personas es la muestra más excelsa de su buena educación; es decir, no decir nunca nada que les vaya a comprometer demasiado, esperar que otro u otra lance la primera palabra para dar su opinión, acatar mejor lo que vote la mayoría a decir de frente que no están de acuerdo, porque siempre es mejor el silencio a ...

Un regalo para compartir (16)

  N o recuerdo la razón por la cual, el 26 de enero de 2023, no subí una etiqueta con el titulo que lo venía haciendo el día de mi cumpleaños. Curioso porque el año recién pasado me deparó "sobresaltos" (tanto negativos como positivos) que en modo alguno hubiese sospechado. Pasaron cosas este 2023 que de alguna manera me posicionaron de manera distinta para este 2024. Me descubrí profundamente querido por no pocas personas, respetado y valorado más allá de lo que yo mismo valoro o respeto los actos y las palabras que ofrezco a quienes me rodean. En esta vida mía que, a partir de ahora, comienza a ofrecerme el decimo año de lo que nunca me atreví a esperar. Vida que debe ir más lenta e inevitablemente más responsable de los afectos de los que me he ido rodeando. Todavía recuerdo con profundo cariño los afectos del pasado. Personas a las que quise tanto y deje partir esperando que pudiesen ser todo lo felices que merecen ser. Todavía me quedan algunas hojas por escribir y compa...

La sensibilidad (VII)

L a idea de patria, esa con banderitas, desfiles militares, pifias en los estadios y menosprecio por los países con retraso económico no me provoca ningún tipo de orgullo.      No creo que amar a la patria consista en repetir vacíos rituales; como saludar a las estatuas o pasar marciales ante autoridades que a veces ni siquiera entienden la diferencia entre amor y conveniencia.     Yo amo la tierra, a la gente que se parece a mí, los que trabajan mucho para que su pedacito de país avance hacia la dignidad. Respeto al que les enseña a los niños y a las niñas los fatales resultados de nuestros errores cuando por venerar una idea errada de patria avasallamos a los débiles con soberbia furia.     No soy capaz de entender la diferencia entre personas trabajadoras de cualquier país, que ajenas al conveniente chovinismo de los que ensalzan a la patria como un bien común, laboran de sol a sol tratando de que a sus hijos e hijas no les falt...

Tengo que confesar algo

Tengo que confesar que yo soy un niño.  Cuando llegó a la casa me quito la barba...y la guardo. C uando yo era un niño no fue un topo quien me preguntó qué es lo que quería ser cuando fuera grande.   Fue una comadreja macho que se burlaba de mis delicadezas. Mi respuesta fue la que ustedes ya saben… Cuando sea grande quiero ser bueno.   Mi mamá me dijo, hace muchos años, que quienes fueran como niños estarían más cerca del reino de los cielos. Lamentablemente sólo he conocido reinos en la tierra donde todo parece tener dueño, por eso me puse a leer sobre filosofía.   Fue Friedrich Nietzsche el que escribió que la altura más noble es la altura de los niños y de las niñas. Cuando regreso a aquella casa que, aunque no es mía, siempre tiene una luz encendida en la ventana que espera por mí, me quito la barba, la doblo y la guardo en una caja en donde también guardo los problemas que se me quedaron enredados en la única ropa lin...

FILSA 2023

  M e preguntaron más de una vez qué es lo que se sentía estar en la feria internacional del libro de Santiago exponiendo libros escritos por mí. mi respuesta; seguro no era la que se esperaba...nada. No es muy distinto, para mí, estar en un lugar llenó de libros que me gustaría leer, a estar en un lugar en donde espero que al menos una persona se interese en leer lo que alguna vez escribí. No uso redes sociales, no pienso que lo que escribo tenga alguna importancia para otra persona que no sea yo y sobre todas las cosas; la mayoría de los libros que he publicado los escribí hace muchos años.  El primer día llegué temprano; tenía mucha curiosidad de saber cómo sería la cosa. El stand de ediciones ondemand estaba lleno de personas (igual que el año pasado en que solo asistí como lector a la feria). La mayoría de ellos escritores (as) y las personas que cumplían distintas funciones tras el empeño de vender los libros y además mostrar de lo que es capaz una buena imprenta en esto...

El legado democrático

  Q uienes aprendieron las lecciones de la Historia (y la aprendieron demasiado bien) fueron los señores políticos. Parias en los primeros años de la dictadura e inesperados aliados al término de la misma. Políticos también hubo cuando los economistas vieron, con absoluta claridad, qué es lo que se tenía que hacer para transformar los conceptos. Incluso algunos políticos fueron tan importantes durante la dictadura que sus rostros y sus obras estarán eternamente ligados a la imagen del dictador. Pero irónicamente, quienes fueron de mayor utilidad para Augusto Pinochet Ugarte, fueron los políticos que en dictadura fueron proscritos. Esos mismos que cercanos o tibiamente lejanos del gobierno de Salvador Allende, a partir del plebiscito del cinco de octubre de mil novecientos ochenta y ocho pasaron a ser los depositarios de un poder tutelado por el comandante en jefe benemérito reconvenido a partir de entonces en senador vitalicio. Fue la consigna del primer presidente democrático, des...

No hay manera de empatar las cosas

  S e intenta justificar lo injustificable aduciendo que hay que remontarse al año 1970, al gobierno de la Unidad Popular para contextualizar el golpe de estado que tanto daño les hizo a tantos y tantas alegrías les trajo a pocos. Se dice que el gobierno de Salvador Allende fue una dictadura y que se pasaron a llevar los derechos humanos de los terratenientes y las transnacionales. Quién ha leído, aunque sea un poco de Historia de América con los dos ojos, sabe de la Guerra Fría y las insolentes gestiones de Estados Unidos en contra de la voluntad democrática de aquellos países que, su política colonialista, nunca ha dejado de ver como infantiles. Sabe, aunque se resista a reconocerlo, que la mayor cuota de violencia, esa violencia que no solo es verbal, sino que vuela puentes y mata a generales del ejército no es atribuible a los afines al gobierno que fue derrocado. Es muy cierto que algunos hablaron de más, que no pocos creyeron en aquello del poder popular y al momento de los c...

La revolución con sabor a empanada y vino tinto

  C iertamente, para la comunidad internacional, era llamativo que un gobierno socialista llegase al poder a través de votos. No debió serlo para el veleidoso historial democrático del país que, después de tres intentos, le dio el triunfo a Salvador Allende, eterno candidato del partido socialista. Pudo hacer sido en 1952 y no hubiese pasado nada. Otro gobierno con vocación popular como lo fueron los de Arturo Alessandri o Pedro Aguirre Cerda. Allende, según sus biógrafos imparciales era un hombre de profunda convicción democrática y hubiese pasado a la historia como uno más de los presidentes que, proviniendo de una clase acomodada, tenían un verdadero compromiso con la solución de los incontables problemas económicos y sociales que desde siempre han afectado a su país. Mal momento para triunfar. Tras la revolución cubana, tras el mayo del 68 en Francia, en el momento más fogoso de la Guerra Fría. El clima mundial venía caldeado de sucesos históricos, los jóvenes con conciencia so...