Para mi gusto Billy Wilder es el mejor director de comedias de todos los tiempos. Aseveración que puede parecer arriesgada tomando en cuenta que ya murió hace mucho tiempo, pero es que no existe hasta el día de hoy un director que no recurra, si es que pretende dar a sus películas un toque de clase, a los codigos que dejó patentado este fertil y variado creador del cine.Puntualmente, la película que en esta ocasión voy a comentar, es un divertimento de principio a fin. Jack Lemmon y Tony Curtis en un tono cómico preciso (nunca ha sido de mi agrado el facil recurso de vestir a hombres de mujeres para hacer reir) una Marilyn Monroe arrolladoramente sensual y secundarios a la altura del trio de estrellas que no hacen otra cosa que complementar su genialidad a lo largo de la película. Dos músicos que carecen de otras posibilidades de trabajo y debido a una situación en la que están involucradas sus propias vidas no tienen otra opción que embarcarse formando párte de una banda musical de señoritas. En este viaje de Chicago hacía Miami conocen a la desamparada Sugar Kane Kowalczyk quien pronto se constituye en algo más que un problema al tratar de guardar las apariencias.
Diálogos cargados de una profundidad rara cuando lo que se busca es hacer reir, lo que se debe principalmente a la capacidad de un director que tiene un pasado como notable guionista y que sabe establecer efectivas sociedades artísticas ( en esta ocasión con I.A.L. Diamond otro tremendo guionista) situaciones que fluyen con toda naturalidad hacia la risa. Como no citar la reacción de Jerry (Lemmon) cuando el libidinoso magnate Osgood le propone matrimonio, las desenfrenadas situaciones que tiene que afrontar Joe (Curtis) viviendo la vida de dos personas distintas o el caracter de suspenso que le otorga nada menos que la presencia de un ganster (George Raft) que busca a los dos unicos testigos que podrían declarar contra él en cierta investigación sobre una matanza o el ilarante dialogo con que termina la pelicula.
Una obra novedosa y fresca a pesar del paso del tiempo, valiente como pocas en la historia del cine, creativa al grado de que hasta el día de hoy, a pesar de ser imitada todavía no ha sido igualada.

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