Ahora son cincuenta años. La poesía de Manns que me duele a la vez que me limpia, la certeza de un canto que lamentablemente no fue por todos escuchados. El recuerdo de un hombre en especial, que entre miles de hombres, mujeres y algunos niños, tuvo que pagar demasiado caro la osadía de creer que el poder popular era posible sin derramar sangre. El horror y la sangre que devolvería la Historia a su cause normal vendrían después. Hoy, hace cincuenta año comenzó un sueño que no alcanzó a durar tres años. Hay quienes no estarán de acuerdo conmigo y eso es muy sano. La violencia es el argumento de los que se quedan sin argumentos. Argumentos yo tengo muchos, penas también sigo teniendo a montones por cierto sin embargo tengo el orgullo muy mal disimulado de saber que una vez se intentó, de defender mis certezas sin la necesidad de asemejarme en lo más mínimo al que miente y manipula, al que cambia su discurso de acuerdo a lo que conviene o deja de convenir.
Q uiero hacer este homenaje ahora porque no quiero llegar con él cuando sea tarde. Remontarme a la infancia porque aunque resulte inapropiado, una irresponsabilidad de mis padres o quién sabe qué cosa....lo que más recuerdo de mi infancia son las coplas del dúo Quelentaro . Eran un conjunto en un comienzo (cosa que muy pocos en realidad saben) después pasaron a ser un dúo y gran parte de los años ochenta era solo Gastón el que cargaba con el pesado nombre del arte que para tantos de nosotros es enorme debido a que su hermano Eduardo tuvo que partir en palabras propias de ellos, a lejanas tierras. La poesía y la música de Quelentaro vienen de la tierra, se conecta con aquellos que a tumbos hemos ido caminando la vida. Su arte es decididamente más comprometido y menos masivo que el de otros cantores populares....pero este homenaje no es por lo artístico; es porque aunque ellos no lo saben del todo; mis propios caminos se han topado algunas veces con los de ellos. Cuando E...
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