Los vi primero en la parada de buses, el de poleron plomo zapatillas naranjas estaba solo; el liceano rodeado por su grupo. Abordamos el bus y como es propio de un antisocial que se precie de tal, nos sentamos todos en los últimos asientos. El liceano no se sentó, se apoyo en la puerta de bajada y desde la escalera continuó con su retórica sobre el arte de los golos a la cual sus compañeros atendían como se atiende solo a lo que tiene algún sentido para esta generación. El del poleron plomo y las zapatillas naranjas los miraba desde uno de los asientos, él no hablaba y sin embargo también llevaba golos. Los liceanos en medio de su conversación dedicaban de tanto en tanto breves miradas al desconocido.
_ ¿Cómo te veriai desafiándolo a él en un duelo...? lanzó al aire y como talla uno de los a esa altura declarados fans del liceano. El aludido bajo de la nube triunfal en donde su séquito de admiradores le habían situado y ceremonioso observó los instrumentos del de poleron y zapatillas naranjas...
_ No; él debe estar en un nivel mucho más avanzado...mira sus golos; están bien gastados_
el del poleron los miro
_ ¿En qué nivel estai?_ le preguntó el liceano
_No, igual llevó poco, estos me los compré usados, igual he estado practicando harto- dijo el del poleron_ hago esquinas_ agregó
_¡¡Guena; Yo igual dejó escapar el liceano bastante estusiasmado.
_ ¿Y dónde trabajai...?
_ En Olimpo con Victoria
_ Ah... con unos amigos un tiempo hicimos calle ahí... suspiro el liceano.
Desde aquel instante no existieron en este pequeño universo sino ellos dos hablando de su arte, de las equinas donde habían estado y si hacían alguna vez algo juntos; acordaron puntos de encuentro y todos nosotros no fuimos más que simples testigos de aquel encuentro entre dos cometas de alma más que resplandecientes.
El viaje no duró más de media hora y fue tiempo suficiente para que dos que no se habían visto nunca se reconocieran en un arte que los hermanaba más que nada.
_ ¿Cómo te veriai desafiándolo a él en un duelo...? lanzó al aire y como talla uno de los a esa altura declarados fans del liceano. El aludido bajo de la nube triunfal en donde su séquito de admiradores le habían situado y ceremonioso observó los instrumentos del de poleron y zapatillas naranjas...
_ No; él debe estar en un nivel mucho más avanzado...mira sus golos; están bien gastados_
el del poleron los miro
_ ¿En qué nivel estai?_ le preguntó el liceano
_No, igual llevó poco, estos me los compré usados, igual he estado practicando harto- dijo el del poleron_ hago esquinas_ agregó
_¡¡Guena; Yo igual dejó escapar el liceano bastante estusiasmado.
_ ¿Y dónde trabajai...?
_ En Olimpo con Victoria
_ Ah... con unos amigos un tiempo hicimos calle ahí... suspiro el liceano.
Desde aquel instante no existieron en este pequeño universo sino ellos dos hablando de su arte, de las equinas donde habían estado y si hacían alguna vez algo juntos; acordaron puntos de encuentro y todos nosotros no fuimos más que simples testigos de aquel encuentro entre dos cometas de alma más que resplandecientes.
El viaje no duró más de media hora y fue tiempo suficiente para que dos que no se habían visto nunca se reconocieran en un arte que los hermanaba más que nada.

jajaja!! estaba esperando esta historia de artistas comunicados por las vías no convencionales!!! gran relato!!! es la historia de muchos.
ResponderEliminarGracias Juan Sebastián. También es nuestra historia.
Eliminarestas muy mal
ResponderEliminarPuede ser. No todos los días logro estar bien. Muchas gracias por comentar.
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