Este verano recién pasado andaba por una ciudad muy austral; de hecho llovía. En una plaza, entre una oficina de turismo y restaurantes, había un puesto de libros; entre los que encontré esta maravilla que me mantuvo muy entretenido los primeros meses del año. En un comienzo pensé que Los asesinatos de Hitchcock, de Peter Conrad, sería una novela de suspenso, un policial tal vez de aquellos que con un buen titulo enganchan a los incautos lectores (de los cuales yo soy uno) que se ven seducidos por los libros aunque se más firme propósito sea dejar de comprar tantos libros.
Resultó que era un estudio bastante entretenido de la mayor parte de la filmografía del maestro del suspenso; un libro que nos demuestra que sobre los grandes genios, nunca se ha escrito suficiente. Las motivaciones, las fijaciones, lugares comunes y simbolismos de un cine que entretiene a la vez que es profundamente inteligente analizados con la paciencia necesaria, envolviendo al lector que puede o no ser un conocedor de la obra del director inglés.
Entre tantos pretenciosos trabajos que buscan vano reconocimiento, este es accesible y ameno; invita a ver la obra de un creador tantas veces visionado con perspectivas tan nuevas como sorprendentes. Lo mejor. como en su cine, está hacía el final. Aquel momento en que se termina la lectura y queda aquella sensación de haber asistido a una explicación de los miedos de nuestra sociedad. Cuando tras volver a ver algunas de las películas, sonreímos con una extraña complicidad. Sabemos ya no solo algo más de las oscuras motivaciones del asesino; conocemos los principales designios de un Dios gordo y obseso que burlonamente movía siempre los hilos.
Comentarios
Publicar un comentario