Un día pasaría, lo sabía. Un día podría la gente de mi pueblo chico ver por señal abierta un documental que siendo uno de los más reconocidos en el mundo en lo que respecta a la Historia política de la humanidad, que gozando de una franqueza muy difícil de hallar en aquellos documentos audiovisuales que parten su filmación sabiendo de antemano aquello de lo que pretenden convencer al espectador; no había sido nunca, hasta ahora, exhibido por las pantallas abiertas de ningún canal de la televisión chilena. Quienes leen este blog en otros países puede que se sorprendan de esto que estoy contando. Es de no creer aquella obstinación en la memoria, esa negación y oposición al verdadero dialogo de la gente de uno y de otro lado.
Anécdotas tengo varías con respecto a este documental. La más entrañable y que deja más que de manifiesto el interés que un documento tan honesto como este puede provocar en los no invitados a aquella profunda reflexión a la que nos invitan estos trabajos, que no pueden ser usados por ningún tipo de grupos privilegiados, consiste en que durante años revisaba con estudiantes de sexto y octavo año básico fragmentos de este documental en el contexto de las unidades que buscan profundizar sobre la Historia de Chile durante el siglo XX. Patricio Guzmán y su equipo (entre los que estaba el camarógrafo Jorge Müller, hasta el día de hoy desaparecido), entre 1972 y 1979 no hicieron otra cosa que salir a las calles, grabar, preguntar y preguntarse dónde iría a parar esta inédita fiesta popular y los intentos de los descontentos frente a aquella ascensión al poder de los nunca bien preparados.
La información que entrega el documental es tan profunda y tan completa que solo puede ser abordada por partes. Ayer en la noche por primera vez pudo ser vista "La rebelión de la burguesía" en la red, un canal que no presume aquello de ser "el canal de todos los chilenos" sin embargo lleva harto rato intentando contribuir a un dialogo constructivo en torno a las fortalezas, oportunidades, desafíos y amenazas de nuestra situación país (quienes han trabajado en educación sonreirán seguro con la licencia tan pedagógica que acabo de usar). Esa primera parte era la que más les gustaba a los niños de la escuela. En aquellos registros se puede ver la algarabía popular, el miedo de las clases dirigentes y la incertidumbre de aquellos que estaban acostumbrados a ver a esa misma burguesía, que se rebelaba, engañar, perseguir y mentir con el fin de gobernar.
Un fin de semana cualquiera entraron a mi sala de la escuela unos estudiantes que robaban lo que fuera para poder sobrellevar las limitadas existencias a las que se habían acostumbrado. En un estante ubicado en la parte de atrás de la sala estaban las tres cintas de vhs pertenecientes a las tres partes del documental que en esta entrada nos ocupa. Había también películas de Charles Chaplin y de Mario Moreno Cantinflas, libros, casetes que usaba en las clases...todo sin llave, porque quien dice creer en los humildes debe creer en ellos sin dobles discursos. En un primer momento pensé que venderían todo lo que se llevaron para comprar drogas o alcohol; pero no, a los pocos meses, a uno de los más chiquititos de aquellas familias que mandaban a sus hijos de día a prender y omitían que por las noches esos mismos niños iban a a robar a su propia escuela, se le escapó que reunidos en familias y con los vecinos se veían las películas y el documental.
Esta obra maestra de la documentación está no solo a la altura de las principales obras de aquellos genios de la comedia en el limitado acervo cultural al que de una u otra forma terminan siendo condenados los más pobres. Esta asociación, comedia y drama, no es descabellada ni torpe como alguno pensará. La comedia no se sustenta así misma sin la sombra del drama que algunos adoptan como un apostolado sagrado. Como seres humanos somos alegría y drama. "El golpe de estado", segunda parte del documental, se exhibe esta noche; mañana exhibirán "El poder popular" tercera y última parte de una Historia de la que debimos haber aprendido mucho. Desde octubre de 2019 que hay que estar más atentos que nunca a los aciertos y los desaciertos de nuestra historia. Yo no veo televisión, leo diarios, en uno de los más vacíos o huecos diarios (el segundo que más se vende) aparece una carta destacando la iniciativa de este canal que rompe por primera vez con una larga tradición de análisis interesado por parte de quienes debiesen informar; en otro, que se sustenta gracias a la publicidad, se destaca el éxito de la exhibición...(nunca olviden que la publicidad está del lado de lo que ve la gente) insisto que yo veo muy poca televisión, si alguno de ustedes quiere ver el documental sin prender la tele, lo puede encontrar en Youtube. Nunca es realmente tarde para saldar las deudas que tenemos con nuestra memoria colectiva.
Mi anterior comentario sobre este documental:
https://reflexionesdeunirreflexivo.blogspot.com/2012/01/la-batalla-de-chile.html
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