Es curioso; o tal vez no lo sea...me he encontrado varias veces con un antiguo compañero de ideas; han sido encuentros fortuitos; la marcha del 1º de Mayo, alguna multitienda (por alguna razón siempre le gustaron) a la cual llegue acompañando a mi ruiseñora que es la principal interesada de cuando en cuando en re-amueblar la casa que compartimos.
Mi antiguo compañero es un reflejo de una vida que ya no tengo; yo también debo ser para él un reflejo de lo que antes fue. El mundo nos va llevando por extraños caminos; fue tanto lo que compartimos con otros a los cuales nunca más vimos y ahora esta distancia que el azar solo rompe de vez en cuando.
Siempre intercambiamos números de teléfono, dirección de correo para escribirnos y juntarnos de nuevo, con más tiempo e intencionadamente a conversar...pero nunca le llamo, tampoco le escribo; lo curioso es que él tampoco ha llamado ni ha escrito después de estos encuentros.
Nosotros los de entonces ya no somos los mismos escribió Pablo Neruda; cuando pienso en este amigo que era como un hermano me siento extraño. ¿Cómo podemos cambiar tanto?; o será que nunca fuimos aquello que creímos ser; tal vez siempre fuimos dos extraños que tan solo quisieron no serlo tanto cuando se sintieron más sólos.
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