Pocos autores pueden haber que hayan sido tan "sobre interpretados" como lo ha sido Franz Kafka; existe todo un ejercito que todavía busca significados en la obra de este gran ser humano que lego a la humanidad no pocos de sus miedos, decepciones y puntos de vista. No es posible seguir como si nada tras terminar uno de sus libros (en este mismo blog he comentado algunas de sus obras más famosas) entonces proyectos artísticos emprendidos por el escritor David Zane Mairowitz y ese tremendo artista que es Robert Crumb pueden entregar ciertas luces.
El libro Kafka no es una biografía propiamente tal, no es una novela ni tampoco un libro de cómic; es una obra que no debiese clasificarse sino disfrutarse. Es una revisión de los motivos, los recuerdos y las obras a través de las palabras del mismo autor que se busca homenajear. La prosa de Zane Mairowitz ofrece en todo momento a lector un relato cautivante tanto cuando está escrita en primera como cuando está escrita en tercera persona. De los dibujos de Robert Crumb qué se puede decir; para quienes conocen de sus obras cabe señalar que en este caso sus dibujos son bastantes realistas, también se prestan a una re interpretación de todo aquello que imaginamos los lectores de Kafka; y más aún, aporta imágenes que enriquecen todo cuanto pudimos haber imaginado.
Este libro no vale tanto para aquellos que no hayan leído los libros del ahora mítico autor checo como para aquellos que hayan pasado largas horas tratando de comprender, de empatizar con aquellos personajes atormentados que en la literatura del siglo XX marcaron sendas a seguir para los personajes de otros tantos autores. Asistimos una vez más a la glorificación de un artista que en vida no fue más que otro de aquellos seres hundidos por más tiempo del aconsejable por sus circunstancias. Los trazos de Crumb le devuelven mucho de su naturaleza original; de aquella permanente búsqueda que no esperaba ser estudiada ni clasificada.



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