En materia de pensamiento,
expresión de las emociones y denuncia de las injusticias hay revoltosas que si
bien muy poco estudiadas, aportaron demasiado a las conversaciones que se dan
hoy en día en las sobremesas. No pocas mujeres se declaran feministas sin
conocer que esta historia es tan antigua como es larga, que es preciso
estudiarla, reflexionar y debatir acerca de cómo mantener sus ideas tan frescas
como vigentes. La historia de nuestras revoltosas puede ser entendido a través
de olas (sí, como aquellas del mar que vienen, van y vuelven a venir) cuatro
las más importantes o notorias. La primera a partir de la Revolución Francesa
en que se establecieron los Derechos del hombre como si las mujeres no hubieron
sido dignas de tener derechos (allí hubo revoltosas bregando por ser
reconocidas y aceptadas como parte activa de la revolución). Lento pero seguro,
las ideas de la contraparte que permitió el lucimiento de los grandes líderes
hasta mediados del siglo XIX. La segunda buscó profundizar en aquellos derechos
tan esquivos para las compañeras: más y mejor educación, derecho a voto y voz
en las decisiones políticas, sin olvidar que casarse no tenía por qué ser el
destino natural de toda mujer. Esta etapa comprende desde aquella segunda mitad
del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX. La tercera, tal vez la más
conocida, adquiere inusitado poder en los locos años sesenta de nuestro agitado
siglo XX, segunda mitad profundo en mujeres pensadoras y creadoras valientes y
resueltas avaladas en años de menosprecio e injusticias. De esta ola quedó más
presente la individualidad de cada mujer, sus deseos y necesidades tanto en las
políticas públicas como con respecto al fin de aquello de pertenecerle a los hombres. La cuarta ola es el ahora; la
revalidación de las olas que fueron y las que pudiesen ser, pues este sigue
siendo un mundo de hombres a pesar del activismo y su reconocimiento que es
aceptado como nunca antes fue aceptado. Mucho tienen que ver la masificación de
los medios de comunicación virtuales, que por cierto, también siguen siendo
dirigidos en su mayoría por hombres.
Q uiero hacer este homenaje ahora porque no quiero llegar con él cuando sea tarde. Remontarme a la infancia porque aunque resulte inapropiado, una irresponsabilidad de mis padres o quién sabe qué cosa....lo que más recuerdo de mi infancia son las coplas del dúo Quelentaro . Eran un conjunto en un comienzo (cosa que muy pocos en realidad saben) después pasaron a ser un dúo y gran parte de los años ochenta era solo Gastón el que cargaba con el pesado nombre del arte que para tantos de nosotros es enorme debido a que su hermano Eduardo tuvo que partir en palabras propias de ellos, a lejanas tierras. La poesía y la música de Quelentaro vienen de la tierra, se conecta con aquellos que a tumbos hemos ido caminando la vida. Su arte es decididamente más comprometido y menos masivo que el de otros cantores populares....pero este homenaje no es por lo artístico; es porque aunque ellos no lo saben del todo; mis propios caminos se han topado algunas veces con los de ellos. Cuando E...
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