Hace pocos días se conmemoró otro glorioso Día del Libro y alguien que sabe que leo mucho me preguntó cuál era el mejor libro que había leído. No puedo evitar reconocer que me vi tentado a nombrar muchos títulos, sin embargo sorprendí a mi interlocutor con una respuesta que seguro no esperaba: La Biblia.
¿Pero cómo…si tú no eres religioso?- preguntó mi sorprendido amigo...yo sonriendo le expliqué el porqué de mi elección. No existe un libro que reúna tantos géneros en sí mismo: drama, misterio, suspenso, muertes, traición y cómo olvidarlo...amor. Es por tanto un libro que perfectamente puede ser declarado el mejor conjunto de libros jamás escrito cuando la pregunta es hecha aquí en el occidente.
Se le debe alejar lo más posible eso si de aquella idea tan manoseada de que es palabra de Dios. Difícilmente existe un libro más terrenal que La Biblia. Es el compilado de historias míticas narradas desde las primeras civilizaciones, tiene versiones según el fin con que se edite, fue el primer libro impreso por Gutemberg y si fuera poco acomoda la historia de sus protagonistas de manera que todo calce perfectamente en la entrega de un mensaje que debiese unir más que separar.
De niño la intenté leer un par de veces; reconozco que no la entendí; como cualquiera que la lea, me aterré con el Apocalipsis y me pregunté acerca de qué tipo de dios podría pedirle a Abraham que matara a un hijo tan esperado. Al ir creciendo conocí distintas versiones; católica, protestante, Latinoamericana, por nombrar solo algunas. Volví siempre a las mismas historias y conformé me hice capaz de comprender más cosas, surgieron nuevas preguntas:
¿Por qué el árbol donde estaba el fruto prohibido se denomina el árbol del saber…? A caso los autores del Génesis pretenden hacernos creer que a Dios no le parece bien qué pensemos por nosotros mismos. ¿Cómo pudo Eva surgir de una costilla de Adán si hasta el día de hoy los hombres somos incapaces de llevar en nuestro vientre por nueve meses vida?...cómo ven un libro digno de tener en cuenta y eso sólo como obra de ficción, pues como documento histórico chorrea datos imprecisos por todas partes y aún así ha sido uno de los libros más influyentes en la historia de este lado del mundo.
No cabe la menor duda que todos debiésemos leerla alguna vez e intentar comprender que en ella coexisten los mensajes que diversos tipos humanos buscan. No se precisa ser parte de ningún credo para leerla y pensar por nosotros mismo. Es un consuelo en muchas prisiones, la tabla de salvación a la que se aferran millones de almas arrepentidas y una parte importante de la explicación a los males que todavía aquejan a millones de occidentales. Sin embargo, lo malo no es lo que en La Biblia está escrito, aquello inspira o justifica de acuerdo a las motivaciones de cada cuál. Cómo la mayoría de los buenos libros...la interpretación es y será la peligrosa.
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