Me gustan los documentales que me permiten ver al mundo tal como es; están los de paisajes inhóspitos donde el hombre a penas ha posado sus destructivos bototos; otros que muestran culturas y tradiciones que se oponen al paso del tiempo. Algunos documentales en palabra de las masas “son hermosos”, por los paisajes, los seres vivos que nos presentan y porque verlos serena nuestra alma. Pero mis preferidos no son esos; a mi me gustan los que muestran lo que la mayoria se niega a ver. A saber dos recomendaciones para quién quiera sentir cositas en la pancita.
La Isla de las flores (1990)

En rigor es un corto muy popular en la red (se puede ver en You Tube) que muestra la ruta de un tomate y como a veces los seres humanos nos olvidamos de pensar y casi siempre de sentir con respecto a las necesidades de otros seres humanos. Es irónico, fresco y nos propone desde un comienzo reconocer a aquellos que en la escala de valor se encuentras incluso por debajo de los cerdos.
Parte aclarando que este material no es ficción, que la isla de las flores existe y que es Dios quién no existe. Nos muestra algo que va mucho más cerca de nosotros de lo que creemos. Estoy seguro que existen demasiados lugares como esta isla de las flores y sin embargo no estoy tan convencido de que Dios no existe; de lo contrario nadie encontraría dentro de si la necesidad de gastar su tiempo y su propio dinero recordándonos que ser libres puede llegar a costar no valer nada.
En resumen; una critica acertada al modelo económico que rige a tantos países del mundo.
Baraka (1992)
Al momento de aparecer fue innovador en todos los sentidos. No hay narrador, consta de música exquisita, nos permite viajar y ver facetas de culturas de casi todo el mundo, no tiene una finalidad particular; es el mundo, sus paisajes, la gente que los habita, las cosas que ellos hacen.
Este documental nos embarca más allá de lo que podríamos imaginar, es una verdadera vuelta por la vida; toda la vida...incluyendo lo que olvidamos o desconocemos. Se nos ofrece sin exigir más que abrir nuestro pensamiento a lo que viene a nuestro encuentro.
Qué vea cada quién depende exclusivamente de su propia sensibilidad, juicios y valores. Sería fantástico que se filmaran más documentales como éste.
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