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Escrito en el trigo (Patricio Manns)

 

La biblioteca en el escritorio

D e tanto en tanto; preferentemente cada cambio de estación del año, me gusta sacar todos los libros que se han ido juntando en la única biblioteca que me puedo permitir. Un espacio habilitado en la parte de abajo de un escritorio muy lindo que mi hermana mayor una vez me regaló. Seguro que ella cree que hace muchos años que no lo uso. Que en alguno de los lugares donde anduve quedo abandonado debido a mi intención de no llevar conmigo peso innesesario. El hecho es que aún lo conservo. Aún guardo libros que voy a leer, algunos que ya leí y otros que, también de tanto en tanto, voy sacando para poner otros y no incurrir en aquello de conservar más de lo que necesito.  Es muy emocionante para mí quitarles el polvo, hojearlos nuevamente uno por uno y recordar lel momento o la razón por la cual todavía lo conservo. Limpio y hojeo libros muy antiguos, clasicos y ediciones de los mejor vendidos. Más de alguna lectura sorpresiva y no pocos libros que siguen siendo lecturas pendientes. Peq...

Los idiotas (1998)

L ars von Trier es un director provocador. Fundador, junto a Thomas Vinterberg, de un movimiento cinematográfico (Dogma) muy difícil de seguir y que sin embargo fraguó escuela. En esta, su segunda película, pone en aprietos al espectador que no pocas veces piensa en dejar de mirar su propuesta artística. Un grupo de jóvenes que avecindados en una casa en venta se propone contactar con el idiota interior que todos llevamos dentro. La propuesta es arriesgada pues algunas veces se atreven a llevar su experimento a lugares públicos como un restaurante o una piscina. Choca ver a buenos actores pasando de la citada idiotez a la "normalidad" más absoluta. Llama a reflexión, no cabe duda, pero también ofende y desafía abiertamente los hipócritas usos sociales que nos definen como civilizados. El personaje de Karen (Bodil Jorgensen) somos nosotros invitados al juego. Ella es la única (lo entenderemos al final de la película) en correr el riesgo de no querer volver a una ...

Los inevitables encuentros (III)

T odavía hay quienes creen que somos distintos, quienes piensan que se justifican nuestras fronteras, quienes se sienten orgullosos de pertenecer y poder demostrar que somos superiores a estos otros o estas otras. También hay quienes pregonan que somos hermanos y que lo que haces a un hombre se lo haces a la humanidad, pero tanto unos como otros cada vez debiesen ser menos. Las culturas han comenzado un viaje que inevitablemente culminara en un encuentro; encontraran los conquistadores que aquellos a quienes conquistan terminaran por conquistarlos con sus riquezas culturales. Llegará un día en que los cantos que podemos oír cantar a los esclavos serán los cantos que de una u otra forma cantaremos todos. Las religiones dejarán de tener sentido y morirán más gentes por los excesos de las civilizaciones que por el hambre o las guerras. Entiendo muy bien que esto que escribo pueda parecer a quienes leen solo cándidas fantasías. Pero este siglo que vivimos, la manera de pensar que ha p...

Los inevitables encuentros (II)

E sta es la breve historia de esos hombres y esas mujeres. La historia de aquellas tribus que crecen anhelando aquel paraíso en la tierra que llamamos civilización. Si hay paraísos, entonces también ha de haber infiernos; durante miles de años el infierno fueron los otros; todo aquello que es distinto y de lo que se alimentan nuestros miedos. Los miedos en todas partes se parecen, también se parecen las alegrías y sin embargo hombres, mujeres, tribus y civilizaciones tardan tanto en realmente comprenderlo. Los que tienen mucho se parecen, se buscan para hacer trueques y así poder tener más. Deciden por aquellos que no quieren decidir porque siempre ha sido más fácil hacer aquello que hacen los otros. Es inevitable que quienes tienen las riquezas materiales sean quienes deciden lo que se debe recordar, que quienes venden ilusiones busquen el beneplácito de aquellos que precisan aquellas ilusiones para eternizar su nombre en el poder. Pero si se puede evitar que aquellos que creen y...

Los inevitables encuentros (I)

O curre que finalmente ningún suelo podrá permanecer libre de influencias venidas de afuera. Los que vienen dejan cosas y a su vez cosas se llevan. Las aguas se mezclan, las semillas pueden brotar en suelos distintos y los que por naturaleza no son belicosos; frente a la imaginaria amenaza de aquellos a quienes todavía no conocen, han de aprender a pelear. Las palabras se funden y se confunden, acercan o alejan manipuladas por aquellos que aseguran que las diferencias se hayan en la tez de la piel, en lo que se cree o se deja de creer. El lenguaje crea realidades, y esas realidades no hacen más que retrasar los inevitables encuentros. Quienes trabajan la tierra se parecen, quienes mueven las ruedas que permiten el avance de las civilizaciones sobre lo que queda esparcido del pasado, también se parecen. Todo aquel que piense y que respire necesita expresar y ser escuchado; permanecer de alguna forma, necesitar a alguien o algo y ser necesitado. Cantamos y te...

El camino

M e alejé de ti, no por falta de cariño, sino buscando algo que en la apacigüedad de tus besos yo no hallaba. Me fui camino inseguro buscando el olvido teniendo la certeza de tu abrazo. Me descuide, no lo niego y fui apretando ortigas donde tu amor cristiano me daba espigas. Me moldeaste la ternura y con paciencia esperaste el brotar de un te quiero de mi estrecha boca; sin embargo, me fui de ti a un rumbo distante de tu cariño y me hice piedra de pura inseguridad y falta de paciencia para demostrarte mi cariño…y tuve miedo, tanto miedo de perderte. Pero vino el camino exigiendo ser recorrido y yo me mostré cobarde, sin hacer nada para protegerte de mi frío actuar con respecto a ti; me valí de tu paciencia y ese modo tan dulce que tú tienes de comprender mis cosas, para seguir rumbo distante buscando excusas para no amarte…me arrimé al calor de antiguos afectos; abrigada mi espalda con el húmedo poncho que es la noche, entonces me acordé de la tibieza de tu pecho, del umbr...