En verdad a veces la vida se nos presenta de manera difícil , pero no se debe flaquear. Hay muchas maneras de sentirse reconfortado en los malos momentos; la mayor parte de las personas que conozco se reconfortan en la espiritualidad; se amparan en su fe, pero no todos tenemos aquel maravilloso don. Para los que caminamos lejanos a las misterios de la fe existen alternativas que nos hacen ponernos de pie nuevamente cuando alguna cuesta se muestra inaccesible . Tenemos por ejemplo la intimidad de una buena lectura, el dulce susurro de la música, tenemos películas que nos hacen sentir la necesidad de ser mejores personas. Pero ni la fe ni todos los sustitutos que acabo de nombrar tienen ningún sentido si no somos capaces de amar. Debemos amar para ser fuertes cada día, amar para estar ahí para quien nos necesita, amar para dar más que recibir. Dar aliento, confianza y apoyo para quien se sienta abatido, esa es la mejor manera de ser fuerte y vivir la vida. Compartir lo que nos hace feliz