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Mostrando entradas de marzo, 2014

Me gusta la gente simple

Muchas Vidas; Muchos Maestros

D e boca en boca es un libro muy leído este Muchas vidas...lo encuentras en cualquier parte y siempre conoces a alguien que lo ha leído. Lo ha leído y te dice: léelo y tú dejas pasar el tiempo y piensas; algún día lo leeré y resulta que no lo lees y sigue pasando el tiempo...hasta que un día lo lees y te quedas pensando. Tanta gente que conocemos que nos parece cercana y no sabemos porqué, tantos miedos que nos abordan y nosotros tratando de explicarnos con respuestas de una sola vida...la inmediata, tal vez la más incompleta. Hay tanto misterio fuera de la puerta, por eso que muchos no se atreven a salir de esas paredes que creen les garantizan seguridad. Este es de aquellos libros que pueden ser lo que el lector quiera que sean. Hay quienes encuentran en él una amena novela, quienes encuentran respuestas a preguntas que nunca se hicieron, quienes otro argumento para convencer y sobre todo convencerse que las cosas son por algo. Poco importa en que estación de tus muchas vidas

Pasos

T engo muchas ganas de escribir y sin embargo no he estado escribiendo...como aquel que dice que ama la música pero no toma sus instrumentos hace tiempo, o aquel que dice querer a alguien y no acude a verle...no llama y no escribe. Como tantos dejo que me consuman los deberes por cumplir obviando que para quien ama practicar el amor también es un deber. No tengo excusas por lo que no me excusaré... Escribo en esta pasada tan solo para saciar las ganas...como aquel que bebe el agua sin otra excusa que la incontrolable sed. No está bien condenarse a la impiedad del desierto cuando tenemos pozos al alcance de la mano. Puede ser que haya que caminar un poco para llegar al agua, al ser amado, al instrumento o al papel suelto. Lo importante es dejarse de tonteras a dar el primer paso.

Mujeres que corren con los lobos

S i bien no es fácil ponerse en el lugar de otra persona...mucho menos fácil es ponerse en el lugar de una mujer sin ser mujer. Tratar de comprender, sentir, leer gestos o escuchar intenciones y devolverles la libertad que muchas de ellas perdieron al ir creciendo. Acercarse a una mujer es casi siempre una travesía que se debe emprender cautelosamente, en lo posible con verdad en los ojos y en los labios, con discreción y ternura en las manos, con una mente abierta y atenta porque los senderos recorridos por una mujer siempre son muy difíciles. El libro Mujeres que corren con los lobos de Clarissa Pinkola Estés es un verdadero tratado sobre aquellos senderos. No resulta nada fácil de leer pues plantea muchos aspectos olvidados incluso por las propias afectadas. El libro se constituye en sí mismo como un manual de recuperación del espíritu salvaje de nuestras maltratadas lobas. No es prensa roja, ni siquiera un manifiesto feminista; es la voz de alerta en medio del cemento, otro llam