S i bien es cierto, la revolución del neolítico fue algo grande porque los seres humanos entendieron que no había necesidad de pasar hambre teniendo la humanidad tantos recursos naturales a su disposición, además de bastas tierras para sembrar, los ríos no tenían dueños todavía y a nadie le hubiese parecido que el agua se pudiese acabar. Grande sin duda, pero no tan grande ni tan importante para el mundo al cual lo conocemos como el momento en que revolucionarios ingleses llegaron a la conclusión de que la fuerza bruta de animales y clases sociales menos privilegiadas podía ser reemplazada por la fuerza de las máquinas. El vapor en los motores lo vino a cambiar todo. La productividad de las grandes naciones de Europa se incrementó y las materias primas de África, el centro y el sur de América nunca más les pertenecieron a sus dueños originales. Habría que ver cómo es que la economía, los usos sociales y el trato entre seres humanos cambio al grado de que el mundo que era y