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Mostrando entradas de junio, 2007

Los Uniformes

                                                  Odio los uniforme                                                   porque marchan vacíos                                                   de voz y sentimientos                                                   y toda carencia                                                   a mí me incomoda.                                                   Me fastidian                                                   porque se quedan callados                                                   ante las voces mayores                                                   cuando éstas gritan insolentes                                                   a la mujer que de rodillas                                                   pregunta por su hijo desaparecido.                                                   Parece que la gorra                                                   les arrancó los pensamientos.             

Antonio Aguilar (1919-2007)

M e enteré que él había muerto por boca de la persona a quién le debo haber sabido de su existencia. Existencia que no fue en vano para tanta persona humilde que yo conocí. Personas que en sus breves momentos de impagable alegría, sintieron en la voz de este hombre, las voces de sus ancestros más alegres. En todas sus películas lo vimos montar en sus caballos y amarlos como se ama al mejor de los amigos, lo vimos actuar lo que quiso que fuera su propia vida de ranchero y le oímos cantar como nadie cantó jamás; puede ser que mejor otros cantaran, pero con la alegría y sinceridad con que él cantaba; simplemente no había otro. Cuantas películas que aunque no de nuestro tiempo, fueron reflejo de los mundos que añoramos los que fuimos y seguimos siendo niños enamorados. Me permito a mi mismo darme el regalo de haber sido uno de sus admiradores. El regalo de saber que nos quedaran sus canciones y sus películas, nos quedara su imagen de hombre bueno y correcto, y adornará su nombre la

Basta (Quilapayún)

P uede ser un álbum demasiado politizado, puede ser para algunos testimonio de una época de odio y divisiones, pero para mí es la obra maestra del grupo Quilapayún. En este disco (que yo conocí como casete) hay todo un manifiesto de solidaridad para con los desposeídos de entonces y para los desposeídos de hoy. A mi parecer, no hay una sola canción de este álbum que no provoque positivamente al auditor; más aún, si el que escucha ha vivido siempre envuelto en el poncho de lo social. A la mina no voy , La muralla , La gaviota , Bella Ciao , Coplas de baguala , Cueca a Balmaceda , Por montañas y praderas , La carta (original de Violeta Parra), Carabina 30 30 , Porque los pobres no tienen (también de Violeta), Patrón y Basta ya son algunas de las canciones que marcaron mi infancia. Y es que estos comentarios de música más que buscar sugerir discos que se debieran escuchar, son un recuento de mis momentos musicales. Basta fue y seguirá siendo por mucho tiempo una de mis dis

De la infancia

D e la infancia tengo pedazos tenues de vida; y no acierto a saber si es infancia ajena o es infancia mía. Cierto que si no mía, es como hubiese querido que fuera. En un potrero viejo jugaban los niños, se les iba la tarde volando como pájaros en revuelta contra el hambre...jugando cualquier pena se iba sanando: jugar a la vida, jugar a la muerte y en un sueño veloz abarcarlo todo y sin fronteras. Amarse como novios, besarse tras los matorrales sin malicias y con una dulzura nueva que nacía entre las pequeñas bocas amantes. Jugar a la guerra con piedras y sin invitar a la muerte...ella no cuenta cuando se es niño; no había buenos ni malos en aquel tiempo...y cuando había que pelear, todos eramos buenos. De charca en charca revoloteaba yo cuando era niño, flaco y mal vestido; así de puro choro, ignorando el frío. A besos y revistas armo un noviazgo la negra Maruca; se bebía los besos del novio medio rubio, medio piñiñento...entonces en el amar no había maldad y el rubio Guill