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Mostrando entradas de septiembre, 2008

Hace 35 años

Sentido Práctico

He sido mudo testigo por estos días de incontables comitivas presidenciales. De hermosas limusinas y guardaespaldas proyectados en colores. Cintas y banderas de gran fineza. Fuegos de artificio y luces que embellecen el soberbio espectaculo por ver. Y sin embargo, no acierto a entender por qué siento que cambiaría con gusto la algarabía de todo esto por una tarde de invierno en que parado en La Alameda pudiese ver pasar en blanco y negro la dulce figura de un presidente  ya muerto.  

11 de septiembre

L a fecha me deprimía, es extraño, pero me deprimía. Escribo que es extraño porque no viví aquel tiempo sino a través de los recuerdos de quienes aún lo evocaban con persistente nostalgia; y aunque para muchos éste era un argumento más que valido para no deprimirme; igual me deprimía. A veces iba por las mañanas a las marchas camino del cementerio donde reposaban algunos de los restos de los compañeros. Sabíamos muy bien que no eran los únicos, sabíamos que habían demasiados que no conocían de un ubicable descanso. Íbamos a dejar flores a algunos y pensar todos juntos en los que no estaban. Aquellos eran otros tiempos, los que alborotaban el homenaje eran pocos y quienes provocaban el desorden siempre eran los que vestían uniformes. Otras ocasiones me quedaba en casa (que por aquellos años era la casa materna) ponía un caset en la radio y pensaba en los que no estaban y en los que sí estaban para tratar de vivir aquel incipiente país de enajenados que miraban a los inconfor

Septiembre

El pasado 26 de junio, subí una entrada bajo la etiqueta de homenajes a propósito de los cien años del nacimiento de Salvador Allende; sin embargo el verdadero homenaje se lo quiero brindar durante este mes de septiembre y no solo a él sino a todos aquellos que rozaron la posibilidad de un Chile distinto. Con sumo respeto, este será un especial de primavera, un auto regalo de un tiempo que no cabe duda no será fácil de borrar.  Hace 38 años del triunfo de La Unidad Popular , a 35 del golpe de estado que nos legó el país en que estamos viviendo. Todo parece hace tanto tiempo y sin embargo ya ven; las heridas aún no se cierran.  Aquellos años seguro fueron una fiesta para los que no tenían nada sino su conciencia social, limpia e incorruptible. Un único renacimiento del acervo cultural de un pueblo que no pudo nunca terminar de entender como la alegría se fue convirtiendo en odio y como una revolución que sin derramamiento de sangre   sorprendía al mundo entero terminó siendo una sarta