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Mostrando entradas de diciembre, 2007

Último día antes del primer día

C omenzar de nuevo, atreverse a concretar los sueños pendientes, a decirle que la amamos en secreto todos estos años a la vecina del frente o a nuestra mejor amiga. Pedirle un aumento al jefe, cumplirle las promesas a quienes todavía creen en nuestra palabra, ir a ver a ese ser querido con el cual estamos distanciados hace tanto tiempo. Ser mejor persona y compartir lo nuestro por poco que sea, hablar con la verdad aunque no sea conveniente, plantar un árbol, escribir un libro y decidirnos a procrear un hijo o una hija que nos devuelva las sonrisas en un mundo en que cada vez se sonríe menos. Comprarnos aquello que hace rato queríamos comprarnos, bajarnos del auto para caminar por la plaza una mañana de enero, beber agua con hielo y agradecerle a los árboles por regalarnos la sombra. Decidirnos a ser quienes siempre quisimos ser, sin temor a ser diferentes. Respetar y respetarnos, escuchar más que hablar, ocuparse de aquello que nos preocupa, entregar más que pedir, limpi

Otra forma de la navidad

No hace mucho caminé por calles sin adornos. Los árboles sin luces ni guirnaldas y los niños esperando tan solo que el papá no llegue de nuevo borracho. Pesimismo, anacronía en estos tiempos en que nuestros países forman parte del bendito capitalismo que nos permite comprar en los nuevos templos en que se profesa la fe. Puede ser, pero también puede que sea que conozco otra forma de la navidad. Una navidad donde compartir un pedazo de pan, un vaso de leche caliente o un momento de nuestro tiempo es más importante que correr preocupados por comprar por no quedar mal. En las otras calles (esas por las que corren cargados de bolsas, miedo y prejuicios tantos de nosotros) solo vi egoísmo y desconfianza en los gestos de la gente. En esas calles hay personas que están solas y ya ni recuerdan lo que es celebrar algo y otras que no escatiman excusas para celebrarlo todo. En este día todos celebran, unos el abultamiento de sus cuentas y otros tener la ropita otra vez como nueva. Solo por un mom

Siete Ocasiones (1925)

B uster Keaton no logró nunca el enorme reconocimiento del que gozó Charles Chaplin, sin embargo es innegable su aporte y genialidad en el concierto del cine mudo. Siete Ocasiones es sin duda una gloriosa muestra de su singu lar modo de expresar el arte de la risa. Es en síntesis una seguidilla de chistes cinematográficos unidos por un argumento delirante; el personaje de Keaton está agobiado por las deudas, él y su socio reciben la noticia de una herencia que solo puede hacerse efectiva si se casa a las siete de la tarde el día en que el cumple veintisiete años. Somos testigos entonces de hilarantes malabares por lograrlo por parte de los socios y un oficial civil. Esta película refleja para mi gusto el estilo sin par de Buster Keaton; el característico rostro que no se inmuta ante nada, escenas saturadas de movimientos acrobáticos, la lucha persistente contra la adversidad y el humor con intenciones y criticas a los usos sociales de la época. Memorable es la secuencia del

La extraña

No siempre se sabe de donde es que finalmente vienen ciertas personas; a mí no es mucho lo que eso me importa pero en el caso de la extraña me causaba una innegable inquietud. No sabíamos de dónde venía ni hacia dónde había partido tras su breve paso por el pueblo pequeño. Ella sabía hacer que las personas se sintieran bien y para ello no recurría a enigmas ni confusas teorías teocéntricas, simplemente era ella misma; tan jovial, tan sabia, tan amiga y relajada como si desde siempre nos conociera. Su estadía fue un veranito de san Juan, un tiempo para sentir más que decir, la mayoría de las personas del pueblo ni siquiera notaron su paso pues ya he dicho que fue fugaz. No recuerdo su nombre pero si recuerdo que pasaba la mayor parte del tiempo escuchando le que le quisiesen contar. Era sabia con los niños y no tenía miedo de parecerse a ellos, reía claramente y miraba a las personas serenamente no guardaba secretos y siempre esperaba que alguien tuviese ganas de pasar por su