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Mostrando entradas de diciembre, 2010

Feliz Año Nuevo

N o recuerdo haber terminado alguna vez un año tan agotado como éste. Puede ser que se deba, como dicen los expertos, a que este año no ha sido fácil para nadie en nuestro país. Terremotos, tsunamis, cambios de gobierno, réplicas de los movimientos telúricos, mundiales de fútbol y rescates de mineros enterrados parece ser demasiado para un mismo año, y eso sin tomar demasiado en cuenta que por el cambio en la administración del poder hubo más de mil despidos en el servicio público, se reacomodaron los pocos beneficios que habían logrado los trabajadores, se persiguió, estigmatizó y hasta ignoró una vez más las demandas de los pueblos originarios. Muchas personas volvieron a correr sin noción de lo que realmente importa en navidad y como si fuera poco, se les ocurre que el año hay que terminarlo en grande. Como si gritar, saltar y emborracharse fuesen a solucionar alguno de los problemas antes citados. Este año me dispuse a ser mucho más valiente que otros años. Me propuse y dispus

Regalo de Navidad

A unque parezca poco importante; importa mucho lo que les regalamos a nuestros niños y niñas, y no me refiero precisamente a lo material, más bien me estoy refiriendo a las señales que les dan nuestros regalos y sobre todo nuestros actos. Y no pretendo dar cátedras en navidad ni moralizar a quienes aman comprar, es tan solo un ejercicio de auto evaluación. Reflexionemos un momento, yo no diré que es lo que es o no es correcto, ustedes mismos decidirán. Cantidad por sobre calidad: No importa la procedencia del regalo, mientras más mejor. La mayoría de los regalos que se entregan en cantidad provienen de países donde es tan alta la taza de pobreza que se fabrican por millones sin reparar en lo tóxico de la pintura o la mala calidad de las piezas, son económicos, cómo no si por menos de un dólar por día se manufacturan miles de estos productos en talleres donde las condiciones laborales se asemejan demasiado a la esclavitud y donde niños a veces más pequeños que los nuestros poco o nada

Tristología

Y o tenía quince años; venía hace un buen rato escribiendo. Me daba vergüenza ser poeta...tenía un cuaderno y estaba enamorado, pero vaya a saber quién por qué no escribía poemas de amor. Solo me brotaban poemas tristes. Bueno para ser del todo sincero, era un amor no correspondido y me ganaba aún la triste soledad en que me fui volviendo hombre. El nombre Tristología fue un invento mio para tratar de estudiar mi propia tristeza y me atreví incluso a explorar los motivos de tristeza en otras personas. Me acuerdo que andaba con mis escritos escondidos pues siempre los he encontrado bastante malos, pero estos como otros textos que escribiría después eran instantáneas de mis tiempos y los conservo no con el afán de comercializarlos como arte, sino que más bien para constatar que en todo tiempo y lugar existirán personas que comparten sentimientos. Recuerdo que diseñé una tapa para este libro de color plomo en donde se podía leer con letras negras el titulo bajo el cual r

San Miguel; ocho de Diciembre de 2010

A  nadie debiese sorprenderle saber que en países donde señorea sin verdadera oposición el neoliberalismo aumenta el nivel de delincuencia. Enterarse que las supuestas oportunidades no siempre están al alcance de quienes las necesitan y que se cierran escuelas públicas para abrir centros de reinserción social que no son sino recintos penales donde los que no pudieron terminar de estudiar terminan de graduarse de anti sociales. Son un asco la mayoría de las cárceles de Latinoamérica; muchos en espacios reducidos, corrupción y falta de seguridad para todos aquellos que habitan estos templos del sistema que castiga a aquel que a falta de paciencia para seguir el camino que le marcan; esto quiere decir: estudiar en una escuela donde no siempre existe algo que los expertos llaman  clima escolar adecuado , ver como para sobrevivir se endeuda el papá y se endeuda la mamá, oír los domingos aquello de que de los pobres seguirá siendo el reino de los cielos y acabar su preparatoria o enseñanz