No le tuve miedo a la muerte Que en un invierno largo Me acompaño insistentemente Ni a la crueldad de algunas horas Que siempre supe debían venir Si moría solo poco importaba O si me mordía una bala Lo mismo sé que me daba Anduve la noche cuando ésta Es avanzada en edad y las estrellas Se esconden por miedo al amanecer No le temí al poder de la autoridad Ni a tenderle mi mano al necesitado Me alejé un día del que era mi rebaño Y fui la oveja negra que se negó A limpiarse el odio besando el escapulario A nada le tuve miedo y puedo jurar