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Mostrando entradas de mayo, 2018

Desvelo

                       No le tuve miedo a la muerte                          Que en un invierno largo                         Me acompaño insistentemente                         Ni a la crueldad de algunas horas                         Que siempre supe debían venir                         Si moría solo poco importaba                         O si me mordía una bala                         Lo mismo sé que me daba                         Anduve la noche cuando ésta                         Es avanzada en edad y las estrellas                         Se esconden por miedo al amanecer                         No le temí al poder de la autoridad                         Ni a tenderle mi mano al necesitado                        Me alejé un día del que era mi rebaño                         Y fui la oveja negra que se negó                        A limpiarse el odio besando el escapulario                         A nada le tuve miedo y puedo jurar     

Cerro del sufrimiento

N o es que sintieran nostalgia de algo que alguna vez hubiese sido hermoso; el cerro que ellos recordaban era oscuro, en el mejor de los casos rojo; no recordaban tan bello verde, los muros...la mayoría estaban desde que ellos recordaban. Los recovecos que prudentemente habían sido disimulados guardaban sus historias que eran muy distintas de las que las placas decían.  Un paseo era ahora el cerro; largos caminos adornados que guiaban a los fascinados caminantes por recuerdos convenientemente re interpretados.  Desde atrás de los troncos de los árboles, de las piedras que no aún no habían sido movidas, ellos observaban aquel panorama que no recordaban o que tal vez nunca habían conocido. Enormes casas de cemento, carruajes sin animales y gentes que como hormigas pululaban en todas direcciones. Las voces, la música que estridente salia de aquellas grandes cajas negras no les permitían el descanso. Esas voces, las letras de las canciones hablaban de ellos, pero ellos no estaban

The Doors: Otras Voces

Por un momento; o más bien, por un disco, la pregunta aquella ¿de quién es? o ¿de quién era el grupo The Doors tiene una respuesta incierta. Meses después de la enismática muerte de su vocalista y referente natural Jim Morrison , los otros tres integrantes de la banda se atrevieron a lanzar un disco que nunca terminó de repuntar a pesar de que la esencia musical está casi intacta. Ray Manzarrek (también mítico tecladista) se atrevió a cantar algunas de las canciones que nunca grabó Morrison; otras las grabó Robby Krieger (guitarrista de la banda) y si bien es cierto falta aquella pasión hormonal y temperamental del vocalista que todos asociamos con la marca y el sonido de la banda; no es, a mi parecer un mal disco. Existen algunos entendidos que aseguran que The Doors tocaba siempre lo mismo; es muy probable. Este disco se oye como un disco típico de la banda; incluso hay canciones como In the Eye of The Sun , Tightrope Ride o Hang on to Your Life que funcionan indepen

Un héroe de la clase obrera

Es casi como si fuera un documental...