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Mostrando entradas de mayo, 2022

La princesa Mononoke (1997)

E l año 1997 también me develó un tipo de películas de las que ignoraba completamente su existencia. Como muchos asociaba la animación como un producto dirigido principalmente a los niños y niñas, poco o nada sabía de dibujos animados producidos más allá de la órbita norteamericana, animaciones al alcance de todos y todas por medio de la televisión desde hacia ya más de treinta años. Quede varias veces estupefacto mientras miraba La princesa Mononoke del para mi por entonces desconocido director japones Hayao Miyasaki . El mensaje ecologista, profundamente humano a la vez que místico, la arrebatadora belleza de los dibujos y la manera en que estaban coloreados lanzó por la borda todo aquello que Disney había hecho durante años.  Debo aclarar que películas de dibujos animados y cine eran hasta ese momento para mi sinónimo de la empresa del ratoncito que no ha logrado sorprenderme nunca más allá de la experiencia inolvidable que fue la primera vez que vi Blanca nieves y los

Ayer noche

¿C ómo decirte que ayer noche de ti no quería alejarme? Esta son cuestiones que pasan cuando el amor aborda los carros estacionados en los andenes que no eran...o tal vez eran.   Nadie sabe en serio cuál es la  estación ni la hora precisa en que decir te quiero ya no es un riesgo sino una necesidad urgente  de congeniarse ya no solo con uno mismo sino con el otro que se queda.   En la historia de este amor siempre habrá alguien que estará esperando Alguien que se conformará con lo poco que pueda guardar para el mañana que cada día parece estar más cerca.   En serio me dio mucha pena no poder quedarme...dejar enfriarse el té en la mesa perderme otro rato en tus bellos ojos para encontrarme en tu voz que nombrándome le da vida a una parte de mí que solo a ti le perteneció siempre.

Tiempo de amor (Quelentaro)

 T engo pendiente una historia muy linda sobre Quelentaro . Puede ser que la haya demorado tanto porque delata en mí un romanticismo propio de quienes anhelamos y trabajamos pensando siempre en causas sociales. Puede que la haya demorado porque tiene que ver con una faceta no muy asociada al legado de los entrañables hermanos Eduardo y Gastón Guzmán...tal vez la postergué porque es una historia que consideré siempre muy mía cuando en verdad, siempre perteneció también a otros que amaron a ratos en silencio y a ratos enojados. Escuché Tiempo de amor en un casete. Escribí la mayoría de sus canciones, cantos y poemas en hojas para poder leerlas a una mujer que por entonces yo amaba irremediablemente. Me acuerdo que una de aquellas tardes de otoño, que a ella siempre le gustaron tanto, le leí cada uno de los papeles escritos. Me acuerdo que me escuchó emocionada aunque muchos años después me dijera que no sabía que yo había estado enamorado de ella. El disco de vinilo apareció en 1976;

Reivindicación de Diógenes el cínico

L a televisión se ha encargado de relacionar su nombre únicamente al hecho de acumular cosas inservibles evadiendo su importancia filosófica. Un profesor universitario me contó un poco más acerca del hombre; yo algo sabía pero no imaginaba lo fascinante que podía llegar a ser su historia. Diógenes era un filósofo griego que pertenecía a la corriente de los Cínicos fundada por Antístenes y recibía por igual tanto un profundo respeto como rotundas burlas por parte de sus contemporáneos. A plena luz del día llevaba un farol encendido y cuándo le preguntaban ¿por qué lo hacía?, su única respuesta era que andaba buscando a un hombre, no cualquier hombre...un hombre de verdad, alejado de los vicios y los defectos tan propios de los hombres que vivían en Atenas. Dormía en un barril y se dejaba llevar por sus impulsos. Dicen que Alejandro El Grande (un conquistador de esos que pasaron a la historia por ser un ganador) procuraba que el reconocido pensador fuese relacionado e