Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2018

Despistes y franquezas

A ntes escribí que Mario Benedetti me parece mejor poeta que cuentista; esta aseveración es antojadiza ya que este entrañable y bonachón hombre que podemos ver en las fotos es uno de mis poetas favoritos no obstante, siendo bastante sincero, debo reconocer que volver a leer Despistes y franquezas me parece un ejercicio fresco como gratificante entre tanta literatura que busca ser pretexto para una saga o afán de lucro basado en la irrefrenable necesidad de no pocos lectores de conocer las bajezas humanas. La obra de este imprescindible latinoamericano (estoy seguro que a él no le importaría que le reconozca como ciudadano ilustre de nuestra patria grande en desmedro de su pueblo chico que es Uruguay) es sencilla a la vez que precisa, los relatos y poemas incluidos en este intento de agradecer a los fieles lectores son también precisos señuelos para captar lectores distraídos, ciudadanos apremiados por el tiempo que seguro no repararan en las más de doscientas páginas del libro

Las palabras y la música de Cole Porter

T al vez porque me gustan de sobremanera las películas antiguas, por un severo caso de sobredosis de Wody Allen o sencillamente por el innegable talento de este compositor que se bastaba solo para escribir tanto textos como melodías inolvidables que me atrevo a comentar un disco que usted puede oír gratis en la más famosa plataforma de vídeos del mundo. Cole Porter fue uno de los más importantes compositores de los años 30, 40 e incluso parte de los 50; las grandes estrellas del ambiente musical demandaban interpretar algunas de sus composiciones; por eso no es extraño encontrar en este trabajo a algunos interpretes amplia mente conocidos para aquellos amantes tanto del cine como de la música de antaño. Algo de jazz y bastante de los ritmos más íntimos propios de  la cultura de los Estados Unidos a principios del siglo XX. El sonido es perfecto (este es uno de aquellos casos en que se agradece la remasterización) claras las orquestaciones y fascinante las interpretaciones

La maman et la putain (1973)

U n titulo provocador; una duración que pone a prueba a aquellos que les aterroriza perder el tiempo; diálogos tan eternos como profundos, irónicos y a ratos hermosos; todo esto y más contiene la que no caber duda es la mejor película de Jean Eustache . Revisión de los lugares comunes del pseudo intelectual, temprano desencanto ante lo que nos prometen algunos momentos estelares del pensamiento humano, ensayo y error de aquello que anhelamos pero una vez conseguido no hace sino deprimirnos. Alexander ( Jean-Piere Léaud ) es un "pensador" parisino post mayo del 68; goza del soñado privilegio de vivir para la contemplación artística y cultural gracias a que las mujeres con las que se relaciona trabajan; él no trabaja, el siente y toma partido frente a las profundas incoherencias del actuar humano. Marie ( Bernadette Lafont ) vendría a ser algo así como la madre, pues "comprende", "ayuda" y mantiene a Alexander y la recién conocida Veronika ( Françoise

Ahora resulta que todos somos inocentes

N o es que el ladrón alguna vez haya dejado de robar por necesidad; es que la sociedad tiene la culpa. Del fracaso de aquellos que nunca aprendieron que los logros se alcanzan con esfuerzo, la política populista tiene la culpa; del bajo desempeño en los estándares de conocimiento, el desinterés y la falta de compromiso de las familias son los únicos responsables y de nada se culpe a los maestros que ya no quieren ser maestros. Las fuerzas del orden no pueden poner orden si es que los jueces no entienden que los derechos de un hombre terminan en donde comienzan los derechos de otro hombre; los uniformados resulta que ahora también roban y de nuevo los que han robado desde siempre vuelven a ser presidentes; la culpa no la tienen ellos sino que aquellos que sabiendo como es la cosa siguen jugando un juego que no les pertenece. La mujer gana espacios que otras mujeres con su banales discursos les desmerecen; y la culpa no es de ellas, es de aquellos hombres que no sabiendo comport