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Mostrando entradas de febrero, 2024

La sensibilidad (VIII)

  S i alguna conclusión tengo que sacar de haber conocido a tanta gente es que la extrema sensibilidad hace a algunas personas insoportables. Parecen siempre enojados, siempre alerta y agresivos para que nadie vaya a descubrir que la puerta que da acceso a sus sentimientos es una puertecita de madera muy delgada. De insoportables como esos están llenos mis más justificados sentimientos, de aquellos que si abrían la boca dejaban la grande, tan así que los menos cobardes terminaban o por hacerse sus amigos o por evitarles a como diera lugar porque eran unos intratables.     También están llenos mis recuerdos de aquella mejor llevada hipocresía que en no pocas personas es la muestra más excelsa de su buena educación; es decir, no decir nunca nada que les vaya a comprometer demasiado, esperar que otro u otra lance la primera palabra para dar su opinión, acatar mejor lo que vote la mayoría a decir de frente que no están de acuerdo, porque siempre es mejor el silencio a pasar por desagrada

No hay perdón para el olvido

M e gustan los juegos de palabra, siempre me han gustado. Me gustan el parafraseo que busca construir y aportarle humanidad a una existencia que, para no pocas personas, se ha estado volviendo un tanto agresiva que desmemoriada. Cuando escribí el libro anterior (No odiar también es un privilegio) no quería que en la reflexión se me interpusieran las emociones más primitivas. Rehuí escribir guiado por la desazón o sobreponiendo las emociones personales a las colectivas. Pasaron muchas cosas en el país entre 2019 y 2023. Había escrito antes acerca de aquellas cosas, también necesitaba escribir cosas nuevas...entonces reuní algunos poemas que había publicado antes, los acompañé de otros que necesité escribir ahora y publique, tarde como es mi costumbre, este libro de poemas que les presento. No hay perdón para el olvido es un libro corto pero necesitaba compartirlo. Vienen a ser como un complemento del libro anterior llevando la mirada bastante más atrás. Cincuenta años atrás. Yo no había

Vals con Bashir (2008)

H ay una pregunta que me he hecho desde que tuve las primeras noticas acerca de el Conflicto israelí-palestino: ¿A caso los lideres de Israel no aprendieron nada de la persecución y el dolor que sufrió su propio pueblo? Más allá de los infinitos desacuerdos y problemas que justifican la no resolución, hasta ahora, de un conflicto que ha cobrado tantas vidas (por ambas partes) se agradecen las expresiones artísticas que buscan desde la condición humana. Vals con Bashir es un documental israelí muy premiado. Se le ha reconocido y premiado por ser innovador a la vez que estremecedor en la reflexión que nos presenta. El medio, dibujos animados. Una técnica totalmente nueva en el año en que se estreno este intento de rescatar una parte de la humanidad perdida en un conflicto que para no pocos y pocas no es sino otra cosa que no se termina de resolver en el medio oriente. Noticias que han estado allí desde siempre (el conflicto comenzó a principios del siglo pasado y aún no ha podido ser so

La música (IV)

  *     M e las arreglaba para tener una radio pequeña o uno de esos personal estéreo que estaban de moda (de segunda mano eso sí, porque los nuevos todavía eran caros) para escuchar las estaciones de radio que emitían música antigua o copias de casetes con canciones de protesta que podía conseguir en las poblaciones. Usaba audífonos porque me gustaba mucho escuchar música por las noches. La cosa es que me quedaba hasta muy tarde a veces oyendo canciones que me remecían lo mismo las ideas que los sentimientos. Era un romántico sin remedio y a veces olvidaba que los demás estaban durmiendo y me ponía a cantar con un volumen de voz que además de ser inadecuado, me dejaba completamente en evidencia acerca de las canciones que escuchaba. Era muy vergonzoso que constantemente me hicieran callar, sin embargo reincidía, cada vez menos porque o me quedaba dormido antes de puro cansado que estaba o porque en la medida que uno crece le comienza a ganar la vergüenza de sus ideas y a sus emocion