E sta es la breve historia de esos hombres y esas mujeres. La historia de aquellas tribus que crecen anhelando aquel paraíso en la tierra que llamamos civilización. Si hay paraísos, entonces también ha de haber infiernos; durante miles de años el infierno fueron los otros; todo aquello que es distinto y de lo que se alimentan nuestros miedos. Los miedos en todas partes se parecen, también se parecen las alegrías y sin embargo hombres, mujeres, tribus y civilizaciones tardan tanto en realmente comprenderlo. Los que tienen mucho se parecen, se buscan para hacer trueques y así poder tener más. Deciden por aquellos que no quieren decidir porque siempre ha sido más fácil hacer aquello que hacen los otros. Es inevitable que quienes tienen las riquezas materiales sean quienes deciden lo que se debe recordar, que quienes venden ilusiones busquen el beneplácito de aquellos que precisan aquellas ilusiones para eternizar su nombre en el poder. Pero si se puede evitar que aquellos que creen y