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Mostrando entradas de 2021

Cuarta conciencia

  * L as personas se empeñan demasiado en conmemorar muchas fiestas que dan sentido a sus vidas y le acercan a aquella alegría que toda persona, que se precie de ser normal, debiese buscar. Los cumpleaños y la navidad son los más altos ejemplos de esto que nombro; sin embargo, no todas las personas logran encontrar recuerdos lindos que atesorar cuando llega el momento de conmemorar estas fechas. He llegado a la conclusión de que más allá de lo que se tiene o no se tiene en materia de recursos materiales, son los adultos los encargados de justificar, velar y hasta ingeniárselas para que cada vez más personas tengan hermosos recuerdos de estas celebraciones. Muchos recordamos todavía estas fechas con tristeza y no importando los años que hayan pasado, es algo que hasta que no se tienen hijos, es muy difícil de superar. ** N avidad es una fiesta cristiana, lo que le hace extensiva a la mayor parte de nuestra cultura occidental. Tiempo de amor y de paz, pero también tiempo

Créeme (Vicente Feliú)

 

Cien niños esperando un tren

F ue una nota en un diario la que trajo de vuelta un caudal de sensaciones que, confundidas con tantas que me dan sustento, había creído, pertenecían a la película Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore...pero no, eran de fines de los años ochenta que fue la primera vez que vi este documental de Ignacio Agüero , que resultó que a mediados de los años noventas del siglo pasado (qué divertido es escribir del pasado reciente como si fuera un pasado distante, esto le sucede, al parecer, a la mayoría de las personas que recuerdan la pobreza a la que nos podemos asomar en las entrañables imágenes como a un sueño con un país diferente que sin embargo, no siempre es) vivía muy cerca de la casa de mi mamá. Podría aquí quedarme atrapado en el cine del director de este documental que es bello, poético y contingente como la gran mayoría de su obra, contar que no pocas veces pensé decir aló en la entrada de su puerta para decirle que lo admiraba (y lo admiro) y no lo hice como nunca le dije que admi

La Guardiana

  H ay una perrita muy vieja. Una perrita que es blanca, silenciosa y sumisa. Los niños la adoran y ella, como si realmente entendiera, se deja tirar las orejas y la cola sin ladrar siquiera. Camina como si estuviese cansada todo el tiempo, lo mira todo con ojos vidriosos. Dicen que ha estado aquí hace muchos años; nadie sabe con certeza cuántos, incluso a quienes se atreven a decir que estaba antes de que la primera persona llegara. No necesita moverse, ni ladrar; le basta con estar y mirar a las personas para contarles algo; contar un misterio incluso más lejano que las palabras. He pasado horas intentando entender aquello que reside en aquellos ojos gastados, horas esperando verla hacer algo, para confirmar cada vez que ella está allí para que uno se encuentre consigo mismo, con lo que le da miedo igual que con lo que le otorga el coraje. Los niños y las niñas, como dije antes la adoran, los viejos la reconocen como a una igual, pasan las tardes junto a ella aparentemente

Las Venas Abiertas de América Latina

N o deja de ser curioso que siendo este el libro más famoso de Eduardo Galeano , que siendo tan importante para el devenir de los auto proclamados liberadores de Latinoamérica y siendo tan adepto yo a este tipo de literatura en mis años de adolescencia, no hubiese leído todavía Las Venas Abiertas de América Latina . Es curioso que varios años después de haber escrito este libro su propio autor declarara que no lo volvería a leer. Que cierto gobernante caribeño le haya regalado una copia en español a cierto gobernante afroamericano que leía y lee en inglés y que bien poco hizo por cambiar la dinámica de dominación capitalista que la tierra grande del norte ejerce en las partes de su patio trasero donde le dejan hacer y deshacer como antaño dejaron hacer y deshacer a los reinos europeos los estupefactos pueblos originarios tras constatar que toda oposición resultaría vana. Libro que parece haber nacido para ser prohibido en las tierras donde marcaban el paso y lo siguen marcando las mayo

Las hojas de los pinos

  M e contó un niño llamado Tabaré que había habido una vez un pino en medio del bosque. Como las de los demás pinos, todas sus hojas eran verdes, pero dicen que el pino no quería que sus hojas fueran como todas las hojas de los pinos. Entonces cambió sus hojas e hizo que sus nuevas hojas fueran de oro. Cuando era la media noche, vino un ladrón. El ladrón vio en medio del bosque que había un árbol que tenía sus hojas de oro, entonces robó todas las hojas del árbol. Cuando amaneció el pino empezó a llorar; vio que ya no tenía sus hojas, que se había quedado desnudo. - ¿Entonces qué voy a hacer? -dijo el árbol. - Mejor voy a hacer que mis hojas sean de vidrio para que ya no las roben- dijo. Entonces le salieron, esta vez, hojas de vidrio. Dicen que por la tarde vino un viento muy fuerte que al pino le quebró todas sus hojas. Por eso que el pino se preguntó: ¿Qué voy a hacer? Robaron mis hojas de oro, rompieron mis hojas de vidrio, mejor me voy a quedar

Filosofía Popular

  1                                                  Aramos…!!                                               Dice el patrón                                               En el lomo de su peón. 2                                                 A quién madruga                                                El patrón lo enyuga. 3                                                 A quién Dios                                               No le dio derechos                                                El Diablo                                                 Le dio deberes. 4                                                 No hay peor sordo                                               Que el que no quiere escuchar                                               Ni peor ciego                                                 Que el que se niega a ver.   5                                                  Vale más vivir                      

Tres Colores (1993-1994)

    P ocas veces necesito volver a ver una película para comentarla. Imaginen cuando son tres. Cuando esas tres son películas que recuerdo con un entrañable respeto que, sin temor alguno, pudiese ser cariño. La primera vez que vi a Juliette Binoche fue en Bleu , la primera vez que vi a Julie Delpy fue en Blanc ...a Irene Jacob , adivinan, la primera vez que la vi fue en Rouge . Era yo por entonces un adolescente y de las tres me enamoré. En un cuaderno de liceo guardé una foto recortada, no recuerdo de dónde de Julie Delpy que por cierto es la única de las tres que no es la protagonista de la película en la que aparece. Estas divagaciones que escribo no son más que preámbulos intentando dilatar el momento en que deba explicar que, más de veinte años después, me he vuelto a enamorar...pero esta vez del bello trabajo de Krzysztof Kieslowski , de la música de Zbigniew Preisner , las actuaciones, la relación entre las tres historias y los tres colores de la bandera francesa y sus altos i

Los Salieris de Charly

H ace nueve años atrás, cuando Charly García ya había cumplido sesenta años, me quedé largo rato mirando una caja pulcramente blanca que por todo grafema tenía un 60x60. Alguién me dijo que era un recopilatorio de un concierto dividido en tres partes organizado (sesenta años, sesenta canciones) por el Mozart de Argentina junto a sus músicos más cercanos por aquellos años. Tres discos y tres dvds, un libro, un dibujo numerado y un gran póster. Edición para coleccionistas con precios que sólo pagaría un coleccionista, cosa que yo no soy. Entonces quise escribir sobre Charly Gracía...no sé muy bien porqué no lo hice. En mis días de liceo me paralizaban algunas de las letras y las musicalizaciones de los discos de Sui Géneris . Algo, muy poco para ser sincero, escuché de La Máquina de Hacer Pájaros y Seru Giran . Vine a recuperar su música de los años ochenta cuando ya era el inicio de este siglo que en materia de rock latinoamericano es heredera ineludible de este flaco que había camina

Tercera Conciencia

 *   N uestro país por aquellos años no era un país feliz, después nos enteramos que no fue para todos igual, pero insisto que, para la mayoría de los pobres, por aquellos años nuestro país era un país muy triste. No se podían decir ciertos nombres, no se podían escuchar ciertas canciones ni ver ciertas películas. Los milicos nos tenían a todos de rehenes argumentando una guerra que gracias a ellos se supone que no existió. Las noticias en la televisión mentían, los diarios mentían, las radios también mentían...pero nadie debía decir nada; algunos hablaban, pero eran silenciados y los que podían hablar no se atrevían. Estas cosas nos las contaban, muy bajita la voz, algunos adultos que se negaban a estar tristes. Aquellos que vestían uniformes se creían en aquellos años los dueños de la patria, pero no sabían que ellos nunca fueron dueños de nada; los dueños eran y son otros; ellos, los verdaderos dueños, usan la prepotente ignorancia de los uniformados contra los más desprotegid

Frases XXII (Lin Yutang)

  “La sabiduría de la vida consiste en la eliminación de lo no esencial. En reducir los problemas de la filosofía a unos pocos solamente: el goce del hogar, de la vida, de la naturaleza, de la cultura.” “La vida está compuesta de insignificancias; el año de instantes y las montañas de granos de arena. Por lo tanto no subestimes nada, por pequeño que te parezca.”   “Perdonamos a los grandes del mundo porque han muerto; pero en vida son imperdonables.”   “Bromear es una de las cosas amenas de la vida, pero cuesta muchos años de aprendizaje.”   “El hombre superior ama su alma; el hombre inferior ama su propiedad.”   “La sabiduría de vivir consiste en eliminar lo que no es indispensable.”   “La mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad del hombre que la mira.”   “Los libros no deben clasificarse nunca. Clasificarlos es una ciencia, pero no clasificarlos es un arte.”   “Es importante que el hombre sueñe, pero lo es igualmente que pueda reírse de sus sueños.”   “El arte de vivi

Patricio Manns

L a semana pasada al fin pudo quedarse dormido Patricio Manns , sin la necesidad de tener que despertar más. Dice su hija que las últimas semanas estaba tranquilo; que habían recuperado parte del tiempo perdido. Este enorme baluarte de nuestra cultura hace rato que no estaba de ánimo para pelear...pelear como pelean algunos que no es otra cosa que demostrar con palabras bruscas lo mucho que quieren a quienes deciden querer. Porque no hay amor mas terco que el amor de alguien que ha aprendido a amar peleando por conservar su fragilidad. En 1971; el hombre en cuestión publicó un disco que me gusta mucho. Canciones que definen de algún modo el camino que este periodista-poeta-músico-escritor había decidido recorrer. Alguna vez le escuché decir que a él no le gustaba cantar sobre sí mismo; que le gustaba cantar las historias de otros. Otros que en sus últimos meses - ya sin el amor que él había determinado que era el amor de su vida - le habían hecho cercana y distante compañía. Esos otro

La Importancia de Vivir (Lin Yutang)

  D urante muchos días, semanas...confieso, meses miré desvanecerse poco a poco la parte inferior del grueso volumen, que arrinconado en una esquina, me propuse no pocas veces rescatar. Lo dejé deshacerse, caer como caen las hojas en aquellos entrañables otoños que para bien o para mal son los que mejor me definen. Recordaba mi adolescencia. Recordaba lo mucho que había disfrutado las largas horas adentrándome en el placer de los sentidos, en la urgente necesidad de que ninguna de aquellas humildes frases me pasaran inadvertidas. Leí a Lin Yutang siendo un adolescente, durante mi periodo de lecturas asiáticas en busca de una visión de mundo más acorde con el lento deambular por las cosas que es lo mio. La Importancia de Vivir me otorgó no poco de lo que hasta la tarde en que escribo estas palabras sustenta mi manera de ver y sentir las cosas. Las amarillas y perfumadas hojas de este libro publicado hace tantos, tantos años, florecieron para mi repletas de líneas destacadas y anotacio

El Piano (1993)

R aras, muy raras son las películas que se hicieron hace años tomando en cuenta la sensibilidad femenina y que aún sean recordadas. El Piano , de Jane Campion , con absoluto derecho puede formar parte de esta selecta lista. Escrita y dirigida por una mujer, protagonizada por Holly Hunter , Anna Paquin (en un debut que prometía mucho más de lo que finalmente pudo ser), Sam Neill y  Hervey Keitel ; es la historia de una mujer viuda que debe dejar su Escocia natal para ir a vivir a Nueva Zelanda debido a un nuevo matrimonio arreglado por su padre. Esta mujer decidió dejar de hablar desde niña. Trae consigo a su hija y un piano. Se comunica a veces por medio de su hija y a veces por medio de la música de su piano. Su nuevo esposo no tiene ninguna intención de llevar el piano hasta su casa, un vecino que se identifica mucho más con la tribu originaria que con su propia raza, lo conserva y le ofrece a la mujer dejarla ir a su casa a tocar el piano a condición de que él la pueda tocar a ella

La Batalla de Chile (II)

U n día pasaría, lo sabía. Un día podría la gente de mi pueblo chico ver por señal abierta un documental que siendo uno de los más reconocidos en el mundo en lo que respecta a la Historia política de la humanidad, que gozando de una franqueza muy difícil de hallar en aquellos documentos audiovisuales que parten su filmación sabiendo de antemano aquello de lo que pretenden convencer al espectador; no había sido nunca, hasta ahora, exhibido por las pantallas abiertas de ningún canal de la televisión chilena. Quienes leen este blog en otros países puede que se sorprendan de esto que estoy contando. Es de no creer aquella obstinación en la memoria, esa negación y oposición al verdadero dialogo de la gente de uno y de otro lado. Anécdotas tengo varías con respecto a este documental. La más entrañable y que deja más que de manifiesto el interés que un documento tan honesto como este puede provocar en los no invitados a aquella profunda reflexión a la que nos invitan estos trabajos, que no pu