E sta semana nos hemos vuelto a encontrar con aquel tema que nos persigue hace tanto y que de vez en cuando aparece en la ventana aquella donde quisiéramos solo ver triunfos deportivos y gente comiendo. Los abandonaditos, aquellos hijos de nadie que vemos perderse en las calles y que aunque las instituciones logren atrapar...duele constatar que no llegan a ninguna parte. Se entiende que hay que rescatarlos de la irresponsabilidad, el mal ejemplo y la desidia de sus padres; protegerlos de todo peligro, cuando su sola existencia para tantos es en sí misma un peligro. Un peligro para aquellos que esperan que se haga justicia, que se les encierre como si fueran adultos y al parecer ni siquiera como país estamos preparados todavía para protegerlos. ¿Cuántos abandonados habrán tenido que morir para que las autoridades ordenen investigaciones?; ¿Cuánto daño han tenido que hacer y se han hecho a ellos mismos para que la única forma de detener a uno de ellos sea a balazos? No puedo disim