En un bosque y en invierno c onocí yo a la loba… Sus heridas se lamían c on una áspera lengua caoba Sangraba mucho y con razón e so ni siquiera hoy lo niego Pero el sabor de su sangre n o lograba darle paz ni sosiego Lavaba su rostro de un tono muy pálido r eflejada de vez en cuando en la luna Abrazaba de noche a dos crías, marcada p or la herida que dejó la pérdida de una Sola y en silencio la buscaba c ada aniversario entre sus incontables nieblas rebelándose a la bruma que trae