Q uiero compartir este maravilloso texto con todos aquellos que a estas alturas ya no pueden vivir sin leer libros. Airoso y triunfante El libro ha sobrevivido a muchas órdenes de ejecución, juicios sumarios, hogueras infamantes. Ha sufrido ¡dictámenes de arresto, de secuestro, de desahucio! Se le ha infligido castigos ominosos. Ha sido calumniado, vejado, crucificado. Pero sigue vivo y libre. Cada vez más fresco y radiante. Hasta impulsivo y fregando la vida de los jerarcas. ¡Denodado, ingenioso y bizarro! Sólo haciendo un recuento de las últimas décadas, he aquí una relación de las veces en que el libro ha estado condenado a muerte, a veces súbita y violenta. Y, sin embargo, ¡ha salido airoso y triunfante! Primera muerte y vieja resurrección En los últimos tiempos, la primera vez que se entonó el responso fúnebre al libro fue cuando apareció en el universo de nuestras vidas la radio. Resultó convincente oír a los agoreros, pronosticar la muerte inminente del lib