Leer es algo que me apasiona; vengo leyendo desde hace muchos años. Apenas aprendí a leer en la escuela hice un hábito constante el llevar libros conmigo a todas partes. La lectura me dio vida; la lectura me mantiene despierto, abre para mi mundos nuevos y reinagura los viejos sueños y las convicciones. Leo a veces para ser redescubierto por las palabras y sus historias, me cuelgo al cuello las oraciones y las estrofas; desayuno la prosa y bebo el verso. La lectura es ahora una necesidad...antes fue mi compañera en la soledad. La lectura clandestina hizo de mi un bandido cómplice de la oportuna subversión de incontables autores y ni el rigor de los años, ni la modernidad de las nuevas instancias de comunicación resta en mi la emoción de descubrir cada día un compañero nuevo. La lectura me abrió la puerta a un mundos atemporales donde caminan sin espacio a la lógica sentimientos extraviados y discuten los temas que no se resuelven nunca autores que beben café, fuman opio o