C ada año con sus meses y sus días trae consigo nostalgias de días, meses y años donde creíamos que podíamos ser distintos. Este 2017; para mí, viene repleto de evocaciones que no quisiera dejar pasar. Hace quinientos años un fraile agustino inicia una reforma que acercaría de una vez por todas a aquellos que dicen amar al prójimo al origen de las sagradas enseñanzas. Con 95 tesis derrumbo la corrupción de aquellos que administraban todo tipo de riquezas aprovechando la credulidad, la inocencia y los miedos de almas que hasta entonces no dudaron en voz alta para no ofender aquello que desde el comienzo de los tiempos ha sido lo más sagrado; es decir lo que se adora porque no se conoce. Hace cien años estalló una revolución que para bien o para mal, cambio el mundo tal como lo conocemos. Por primera vez los postergados tendrían voz, manos y rostros. Las iglesias, los estados y cada humano que vivió y vivirá hubo de asumir la existencia del dolor, el desamparo y la pobreza materia