reflexiones de un irreflexivo

E ste 20 de noviembre se cumplen ya 100 años de La Revolución Mexicana. Seguro la revolución más significativa de la historia no solo de México, sino que también de América. Hay quienes ven en este proceso un caos que marcó la historia con muertes y un profundo espíritu de anarquía; pero lo evidente, lo que llama a la reflexión es como por más de 30 años (1876-1910) Porfirio Díaz y su gente "administraron" al país alcanzando un notable crecimiento económico y una estabilidad política que solo es posible cuando los pueblos están sujetos a la ignorancia. Para el conocimiento colectivo quedan nombres como los de Pancho Villa y Emiliano Zapata, Francisco Maderos y Venustiano Carranza. Quedan los corridos que lejanos de su contexto original han perdido su esencia de alcohol y polvora, queda la sensación de que los mexicanos dieron una vuelta demasiado larga para volver a estar hoy como antes o tal vez peor. Aquel es el peligro de vender la memoria historica, transformar lo que es

N o nací un día allí sencillamente, el viejo puerto me recibió al atardecer, me abrazo la brisa marina y por los ojos se prolongaron los cerros y sus escaleras. Por entonces no conocía la canción del Gitano Rodríguez ; no imaginaba siquiera que volvería tantas veces, que caminaría sus costas y pasaría horas mirando las luces que le adornan por las noches. La primera vez lo recorrí tomado de las manos de mi madre y de una de mis hermanas, por entonces eramos todos muy niños. Cuando volví ya casi un adolescente, busque el mercado para no sentirme ajeno, intentando tal vez crear un lazo entre el lugar que más familiar me resultaba en la capital con este que sería mi destino por elección. Decidido me senté a una mesa, pedí merluza frita y ensaladas, la atención fue una de las más lentas que recuerdo y sin embargo aquella espera no melló en lo más mínimo mi fascinación por las gentes. Había ahí rostros y lenguas de variados sonidos y colores, por entre las mesas algunos cantores de bolero

P opularmente se le atribuye este poema a Jorge Luis Borges , aquel monumental de las letras argentinas y sin embargo es muy poco probable que de haber sentido la necesidad de escribir estos versos él los haya publicado. Las investigaciones más recientes apuntan a   Don Herold o a Nadine Stair como posibles autores. La verdad es que importa muy poco quién haya decidido escribir este llamado de alerta tan esencial para cualquiera que aún esté a tiempo. Es parte de lo que muchos comparte y tan solo si es que aún no lo conoces, aquí lo dejo. Ojala que te diga tanto como a muchos de nosotros. S i pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico. Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos. Iría a más lugares

A propósito de que escribía sobre libros, recordé este disco. Reparé en el grave descuido de no haber comentado aún ningún disco de Joan Manuel Serrat . Pues nada que estoy intentando enmendar el error comentando aquel disco de 1972 que de volver a escucharlo una y mil veces más, me vuelve a estremecer.  La selección de poemas a musicalizar es muy acertada tanto es así que muchas de las composiciones de este trabajo forman ya parte esencial de la obra del cantautor catalán. Diez canciones/poemas, diez flores en un ramo que no por sombrío es menos bello. desde Menos tu vientre hasta llegar a Llegó con tres heridas , pasando por la entrañable Nana de las cebollas o El niño yuntero.  Textos que desde el dolor no conocieron ni conocerán el triste destino de la muerte. Más que citarlo o intentar comentarlo hay que escucharlo, reflexionarlo y volver a él. Puede ser que sean las letras, puede ser que sean los arreglos musicales o quizás la singular voz tan característica de Serrat. Segu