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Mostrando entradas de 2020

Noche buena

    M uy pocas noches buenas recuerdo en que me haya sentido tan querido como en esta. Esta en que muchas personas se han visto obligadas a detenerse un poco, a pensar en aquellos a quienes tuvieron siempre y, por ahora, no es tan fácil tener cerca o abrazar. Esta noche buena en que sin lugar a duda el mejor regalo es todavía tenerse, saber que a quien amas todavía existe reconociendo que miles de personas tendrán que resignarse a los recuerdos que alcanzaron a guardar de sus seres amados.  La incertidumbre sigue siendo demasiado grande, obligados a permanecer juntos lo mejor y lo peor de nosotros ha terminado por ser evidente. La economía sigue siendo a ratos más importante que las personas y las personas no siempre entienden que esta vez cuidarse es cuidar a quienes más se quiere. Los mismos mensajes de las navidades pasadas se siguen enviando a través de las pantallas que ahora sí que están y van a todas partes. Mensajes que disimulados, modificados lo suficiente para que el modelo

Valparaíso

    L a primera vez que vi el puerto supe que volvería muchas veces. Nos había llevado nuestra mamá a mi hermana menor y a mí; íbamos a conocer a una tía que había sido la mujer de un marino que la engañaba, pero era marino, y eso, al parecer da un estatus que todavía no comprendo.     Nada quedó en mis retinas tan marcado como el mar, los cerros con casas colgando, los trolebuses. Nada permaneció en mi piel como el viento que corría de otra forma, el sol que quemaba y el agua fría que a la misma playa nos venía a buscar. Los niños y las niñas corrían por calles misteriosas, sus papás salían antes del amanecer y llegaban antes del mediodía a las caletas con pescados que sus madres sabían preparar acompañándolos con papas y mayonesa, tomates y cebollas que antes de Valparaíso yo no recordaba.     Allí los hombres se hacían muy jóvenes novios de la mar y no pocas veces ese amor les costaba demasiado caro. En esta comarca de poetas, músicos y sirenas de piernas muy robustas hubiese qu

Frente a esta ventana

      H ace tantos meses que miro todo aquello que ocurre a través de esta ventana. Tantos meses en que la osada planta que insiste en permanecer encaramada e ir avanzando poco a poco a lo largo de los cables de la compañía de luz eléctrica ejecuta un lenta a la vez que ineludible fuga hacía la calle principal. Hay otras plantas, con colores mucho más llamativos sin embargo aferradas a sus raíces. Cantan, saltan...hacen y deshacen a su entero placer cientos de pajaritos que no habían tenido la posibilidad de hacer todo aquello que hace mucho rato que no podían hacer lo que ahora hacen. Puedo ver a mis vecinos, saber mucho más de sus vidas, no porque lo busque necesariamente, es más bien que ellos y ellas son un tanto extrovertidos, alegres y la mayor parte del tiempo van rebosantes de vida y energía. Se escuchan más seguido y fuerte los ladridos de los perros que de costumbre, ha de ser porque mucha más gente de la que solía pasar por este pasaje pasa ahora. Las casas de dos pisos, sus

Rubber Soul

      M e acabo de dar cuenta de que a pesar de lo mucho que me gustan los discos de The Beatles , he comentado poco en relación a lo que siento cuando los escucho. Comencé estos comentarios de música confesando mi fascinación por el trabajo de esta banda (cosa para nada original dado que a tanta gente le gustan tanto o más que a mi la música de la banda más importante de Inglaterra). Concedo además que existen quienes encuentran muy poco en sus composiciones o incluso, que alguien se haya "hastiado" de tanto escuchar tanto la música como los elogios hacía una banda que no dejará nunca de recibir elogios. El motivo de estas divagaciones  es que he estado escuchando de nuevo Rubber Soul un disco de los genios de Liverpool que, a mi parecer, contiene mucho más de lo que un asiduo ocasional de la buena música podría recordar. Es cierto, en este disco podemos encontrar canciones globalmente conocidas como Michelle o Girl , pero qué me dicen de Nowhereman o Think For Yourself .

Frases XX (Anthony de Mello)

No hay un solo momento en tu vida en el que no tengas cuanto necesitas para ser feliz. La razón por la que eres infeliz es porque no dejas de pensar en lo que no tienes, en lugar de pensar más bien en lo que tienes en este momento. La aprobación, el éxito, la alabanza, la valoración, son las drogas con las que nos ha hecho drogadictos la sociedad, y al no tenerlas siempre, el sufrimiento es terrible. Vivir libremente, siendo dueño de uno mismo, es no dejarse llevar ni por persona ni situación alguna. Mira dentro de ti, entiende que existe un generoso reino de felicidad autosuficiente. Tú no lo habías encontrado antes dentro de ti, porque tu atención estaba volcada hacia las cosas en que crees, o hacia tus ilusiones con respecto al mundo. Lo malo es que la mayoría equipara la felicidad con conseguir el objeto de su apego, y no quiere saber que la felicidad está precisamente en la ausencia de los apegos, y en no estar sometido al poder de ninguna persona o cosa. La mayoría de personas ha

El estilo de mis matemáticas

    A mí siempre me ha gustado escuchar a Mauricio Redolés . Hace algunos meses, hurgueteando en cierta carpa que se ubica junto al principal campus de cierta universidad, me encontré con un antología de sus cantos (o versos que en este caso son lo mismo). No una antología cualquiera porque ésta es de esas que el autor hizo pensando en lo que quería compartir, no como esas donde unos señores, que bien poco saben de poesía, juntan lo que creen que más le gusta a la gente. Es poesía honesta, un poco de lo que quienes llevamos harto tiempo escuchándolo amamos escuchar y un harto de algunas cosas bien personales.  Siempre fue y será tremendo poeta Mauricio Redolés. Es tan grande que ni siquiera cierto canal que se veía a si mismo como independiente lo pudo contener hace ya varios años, cuando todavía creíamos que la alegría algún día llegaría. Es que es muy raro hablar o escribir de un libro que contenga la poesía de Mauricio Redolés en hojas, por bonita que sea la edición. La poesía de e

Las revoltosas (V)

      S i las mujeres hubiesen podido gobernar un poco más seguro sería menor la corrupción, no hubiesen sido ni la primera ni la segunda guerra mundial, el presupuesto de los países seguro no hubiese sido malgastado en tanto armamento.     Si alguna vez son más las mujeres que los hombres que gobiernan seguro deberán recordar que se precisan mujeres que no tengan el impulso de destrozar a las otras mujeres. Mujeres que puedan resistirse a la envidia y al resentimiento, a la fascinación por la comidilla y el comentario sin mayor fundamento.     Será necesario oponerse al odio de clase, al miedo a la diversidad de géneros, a la inexplicable inseguridad que les impide ser ellas mismas, dejar de esperar gustarles a las y los otros sin creer por ello que lo que piensan o sienten los demás está de más.     Tuvieron que superar sus propios miedos, la inseguridad que les impregnaron las revoltosas para ser recordadas a diferencia de tantas que como gotas en el agua son mucho más olvido

La tumba de las luciérnagas (1988)

   E l año 1988 se estrenaron varias películas muy buenas, de las que recuerdo, Cinema Paraíso es la que mejor conecta con una infancia que no tuve y hubiese querido tener. La tumba de las luciérnagas me conecta de mejor manera con el abandono, con las responsabilidades y la penetrante emoción de ser niño o niña en un tiempo en que lo único de algún modo importante son los adultos. La guerra y su más infravalorada consecuencia, la guerra y el punto de vista de los que no ganan...los que nunca ganan. El amor de un hermano hacía su hermana, la inocencia de una niña y el egoísmo de algunos que no es que quieran ser malos; es que en tiempos duros es que se ve realmente de qué es que estamos hechos. Dibujos animados para niños ya maduros (que los había y los hay, no tengan duda); dibujos animados para adultos que todavía conservan aquella tan necesaria fragilidad que a uno le permite hacer frente a los hechos que son en la ficción porque fueron en la realidad una , cien, mil veces multiplic

La sensibilidad (II)

S e vuelve complicado comenzar a sentir rabia, decepción y tristeza cuando se es pobre. Intentar expresar sin herir ni herirse, darse por enterado de que no tienes siquiera la posibilidad de esperar porque en esperar has visto que a otros se les ha ido la vida.     Se vuelve complicado oír a otros hablar del hambre y verles comer sin notar siquiera a quienes continúan sintiendo hambre a su lado. Crecer entre gente que a menudo debe elegir sobrevivir solos porque cada vez se hace más difícil vivir con los que están al lado. Intentar protestar en medio de una masa gris que calla y otorga porque, saben mejor que nadie que el protestar a otros les ha costado demasiado caro en el pasado.     Uno ve a tanta gente hablando de los pobres sin haberse sentado a tomar una taza de té en la mesa de cualquier pobre, tanta gente hablando de la justicia olvidando ser justos con aquellos que son más frágiles o menos poderosos, oye a tanta gente hablando del amor de Dios los domingos e ignorando los

Los revoltosos (V)

  C onocí la historia de un argentino que desde niño sufrió por el asma, que no es que fuera pobre pero tampoco es que fuera rico, que pudo ser médico y que en un viaje en moto por los lugares de Sudamérica que no son destinos turísticos, descubrió junto a un amigo que no podría ser doctor ni gozar de sus privilegios mientras no pudiesen vivir de manera mucho más humana los hombres, mujeres y niños que en aquel viaje habían conocido.     Supe que terminó de comprender que los pobres en todas partes son más o menos iguales, que la salud y los alimentos escaseaban, que la falta de estudios era y es caldo de cultivo para males que de alguna manera se tenían que acabar.     Fue viajando que llegó hasta México en donde conoció a otros que al igual que él, ya no podrían ser tantas cosas que pudieron haber sido. Aquellos otros anhelaban también poner fin a tanta injusticia en los países del continente. Entre ellos dos hermanos cubanos; el mayor, nació o se auto convenció que nació para se

The John Lennon Collection

 El primer casete que escuché de John Lennon separado de The Beatles me estremeció como ningún casete o disco escuchado después del entrañable cantautor inglés... y por cierto me sigue estremeciendo. La selección hecha por los encargados de EMI para conmemorar la reciente muerte de uno de los seres humanos más contradictorios que haya podido existir, es cuando menos "abrumadora". Pocos discos (porque seamos sinceros; primero fue un vinilo) pueden comenzar con himnos tan potentes como Give Peace A Chance , Intant Karma! y Power To The People ; si bien es cierto el impulso rockero y contestatario da paso a canciones en apariencia bastantes melosas como podrían ser Love (que siempre me ha gustado mucho) o Happy Xmas continuamos ante un trabajo sumamente potente en el mensaje resultante. Que aquí venga aquel himno sin paragón llamado Imagine  (del que existen tantos y tantos admiradores) no le resta magnetismo a otras canciones que a mi parecer son bastante más honestas. Tambi

Cinema Paraíso (1988)

E sta es una de aquellas películas que estoy seguro que para muchísimas personas, además de para mi, es verdaderamente entrañable. No es una obra de arte, es tramposa se debe reconocer...pero es una experiencia que al menos una vez en la vida, todos debiésemos vivir. Una película italiana con todos los ingredientes para recordarla, incluso a más de treinta años de su exhibición original (de hecho, en algunos países se está re-exhibiendo remasterizada). Una historia que a groso modo nos recuerda que, tanto ayer como hoy día mismo, algunos cumplen sus sueños y que muchos otros y otras permanecen estancados en sus circunstancias. Salvatore, primero es un niño. Un niño sin padre con un amor inexplicable por el cine que en su pueblo de infancia es ventana y escape a un mundo de estimulante. Alfredo, es el proyeccionista en aquel cine del pueblo, un hombre adulto sin hijo, con sueños casi marchitos y con un amor bastante similar al de "Toto", que es como recordaremos para siempre a

Quino (1932 - 2020)

  L a verdad es que leer cualquiera de los libros de Joaquín Salvador Lavado Tejón , más conocido como Quino, es un regalo al alma de quienes habiendo nacido inconformistas, no buscan acabar con los que son distintos. Un regalo para aquellos que combaten desde la ternura sin dejar por ello de defender a quienes no combaten y que consideran inútil cualquier acto de ternura. Su creación más famosa, Mafalda , le hizo irremediablemente conocido por ser el creador de un mundo, que en su extensa carrera, abarca a penas desde el año 1964 hasta 1973 y que cohabitará con nosotros, junto a sus entrañables habitantes: Susanita, Felipe, Manolo, Miguel, Guille, el papá y la mamá de Mafalda...¿y cómo no? la mismísima Mafalda; quien en si misma es un mundo, un mundo ampliado y extendido a lo largo de los años por quienes reconociendo en ella un símbolo, pusieron en su boca palabras que su creador no siempre compartió. Para bien o para mal Quino era bastante más que Mafalda, la que le otorgó a su crea

La vida es una loca de remate

  J usto en la parte de atrás de las casas de la villa a la que habíamos llegado a vivir había un enorme peladero, que antes de ser adecuado para que los hombres de la villa pudiesen jugar fútbol, servía para que cada cierto tiempo se instalaran las carpas de los gitanos y uno que otro circo pobre.     De un circo que se instaló cierta vez trata esto que recuerdo; de su pobre espectáculo, de la gente que conocí allí y del miserable destino de los animales que eran parte del entretenimiento.     A pesar de que las entradas no eran caras, algunos de los niños y niñas no contábamos con las monedas para poder financiarla por lo que nos ofrecimos para ayudar o para llevarles agua desde nuestras casas con la finalidad de conseguir entradas de cortesía que era como le llamaba rimbombantemente el dueño del circo a dejarnos entrar por un acceso reservado a los integrantes del circo (no se imagine para nada una entrada bonita; había que levantar una cortina que daba al lugar donde permanecía

[Saludo primeramente]

                                         Saludo primeramente                                         a estos rotos tan decente’                                          saludo a Juan y a Peiro                                         a Francisco y a Vicente                                           saludo a las chiquilla’                                         flore’ ma’ hermosa’                                         con clara’ intencione’                                         de encontrar esposa                                           saludo con respeto                                         y harto emocionado                                         a los viejitos cantores                                         que todo me han enseñado                                           no me olvido paciente lector                                         de su amistad y fina gentileza                                         cordialmente a usted le deseo

Concierto de Trez Vella

  E l verso puede ser más certero que la bala... pero hay que ser Patricio Manns para escribir versos como estos. Hay que ser parte de  Inti Illimani para musicalizarlos y hacer coros de la manera que aquí ellos lo hacen. Hay que ser La Pinchanga Musica Chilena para montar un vídeo como este que comparto.  No basta con haber crecido viendo parte de esto, no basta con decir que la violencia solo engendra violencia. El dolor debiese enseñar aquello que no enseñan las palabras tan livianamente usadas. 

No cierres los ojos

  A hora son cincuenta años. La poesía de Manns que me duele a la vez que me limpia, la certeza de un canto que lamentablemente no fue por todos escuchados. El recuerdo de un hombre en especial, que entre miles de hombres, mujeres y algunos niños, tuvo que pagar demasiado caro la osadía de creer que el poder popular era posible sin derramar sangre. El horror y la sangre que devolvería la Historia a su cause normal vendrían después. Hoy, hace cincuenta año comenzó un sueño que no alcanzó a durar tres años. Hay quienes no estarán de acuerdo conmigo y eso es muy sano. La violencia es el argumento de los que se quedan sin argumentos. Argumentos yo tengo muchos, penas también sigo teniendo a montones por cierto sin embargo tengo el orgullo muy mal disimulado de saber que una vez se intentó, de defender mis certezas sin la necesidad de asemejarme en lo más mínimo al que miente y manipula, al que cambia su discurso de acuerdo a lo que conviene o deja de convenir.

Federico García Lorca: Antología Poética

  C uando me di la oportunidad de ser quien quería ser y no aquel por entonces era, descubrí en la biblioteca pública de aquella comuna en que había crecido el libro Canciones de un cierto poeta español vilmente asesinado por los fascistas. Otro, otro que al igual que tantos otros cuando sentir está prohibido, como junco quebrado, también en tierra incierta fue dejado. Por entonces yo no sabía de García Lorca más que la sombría tragedia de una mujer llamada Bernarda, que con cinco hijas, una madre y dos sirvientas a cuestas vive los penares de una sociedad pacata y marchitada por esto y lo otro que por ahora no viene al caso. Resultó ser que el dramaturgo fue uno de los más grandes de la poesía universal y aquello por su apego a la naturaleza humana y vegetal, el cariño por los animalillos que ocultos hacen su paso postergado. En el libro Antología Poética de la colección Poetas Hispanoamericanos de ayer y de hoy perteneciente a la editorial Losada puede ser hallada una de las más ce

Había una vez una librería

  H ace algunos años yo vivía en un pequeño pueblo a las salidas de la ciudad capital. Un pequeño pueblo que aunque pequeño es bello y acogedor como suelen ser aquellos pueblos que estando tan cerca de las ciudades no terminar nunca de encontrar su propia identidad. Tenía y tiene, como es natural, una Plaza de Armas, un supermercado, una avenida principal donde poco a poco las pequeñas zapaterias, verdulerias y paqueterias han ido cediendo su espacio a las pretenciosas galerías donde no podrían faltar las grandes tiendas que hasta no mucho, únicamente estaban en la capital. Pero esa parte de la historia no me interesa contarla; quiero contar la historia de la vez en que hubo una librería. Sí; una librería con todo y libros muy bellos a la cual muy pocos alcanzaron a ir. Se llamaba Entrelibros y estaba en la avenida Balmaceda, que no es por cierto la principal avenida sin embargo es una de las avenidas más importantes de la zona centro de aquel pueblo. Iba yo a gastar una importante pa

Buenas noches nostalgia

  H ay noches en que cuesta mucho poder quedarse dormidos. En que los problemas no encuentran acomodo y el sueño, aunque se insinúa, no acaba nunca por vencer al desvelo. Ya no somos niños, las preocupaciones, propias o ajenas, pueden arrebatarnos mucho más que un par de horas de sueño. Entonces, perdido o confundido en la oscuridad estiro la mano a la repisa que está junto a mi almohada; una repisa donde hay cintas de casete y un reproductor personal de aquellos que ya casi nadie usa y yo solía usar cuando era adolescente y adolecía de tantas faltas de quereres. La que comienza a cantar es Brenda Lee . Alternando, por decisión de quienes seleccionaron el orden en que sonarían las canciones cuando alguien quisiera escuchar el casete, la infantil alegría de canciones como Let's Jum The Broomstick con la intimidad de Im Sorry .  Volver a escuchar estas canciones es un boleto a otro tiempo, un tiempo al que no correspondo por cierto, pues cuando yo era niño era la música de nuestras m

Adiós Muchachos (1987)

E ntre tanta producción lagrimosa del cine norteamericano, el revisionismo alemán que intenta explicar al mundo que no toda Alemania fue seducida, ni mucho menos cómplice del nazismo y otros bien intencionados intentos de hacernos consciente de aquella época de la historia que, quisiéramos nunca se volviera a repetir y sin embargo, como especie que no aprende demasiado, no pocas veces estamos al limite, se encuentra esta delicada obra del cine francés que mostrándonos nada más que la cotidianidad de un colegio particular católico durante la ocupación alemana de Francia nos hace parte del recuerdo más triste de un hombre. Un recuerdo que lo persigue desde que tenía doce años y no alcanzaba a comprender del todo, aunque si intuía cuando, como la mayoría de los niños, era bastante cruel con los recién llegados al colegio.     No sabemos con lo que nos encontraremos en un primer visionado. Poco a poco vamos siendo cautivados por la amistad que se va labrando entre Julien Quentin y Jean Bon