H oy estoy de nuevo de cumpleaños. Llegada cierta edad uno comienza a mirar más para atrás que hacia adelante; hace recuentos, revive aquello que dibujó las marcas y las comisuras que quedaron tanto a la vista de todos como muy dentro, tan dentro que solamente uno sabe que están donde nadie las ve. Decidí regalarme el ir a caminar y como lo vengo haciendo durante los últimos años, compartir mi regalo con otros y otras. Estoy haciendo caminos que tenía pendientes desde hace mucho tiempo. Abordé un bus ya bien caída la noche que me trajo al pueblo que tanto amaba un amigo que era un gran ser humano y que inoportunamente murió demasiado pronto. A él yo le había prometido que viajaría algún día a conocer sus calles, su lago y sus cerros. Por ahí empecé este viaje que presumo será para algunos muy largo cuando para mí es apenas el comienzo de viajes de encuentro y reencuentro con personas, aromas, sabores y recuerdos que me habitan desde siempre. Otro bus me dejó cerca de la princip