Q uienes aprendieron las lecciones de la Historia (y la aprendieron demasiado bien) fueron los señores políticos. Parias en los primeros años de la dictadura e inesperados aliados al término de la misma. Políticos también hubo cuando los economistas vieron, con absoluta claridad, qué es lo que se tenía que hacer para transformar los conceptos. Incluso algunos políticos fueron tan importantes durante la dictadura que sus rostros y sus obras estarán eternamente ligados a la imagen del dictador. Pero irónicamente, quienes fueron de mayor utilidad para Augusto Pinochet Ugarte, fueron los políticos que en dictadura fueron proscritos. Esos mismos que cercanos o tibiamente lejanos del gobierno de Salvador Allende, a partir del plebiscito del cinco de octubre de mil novecientos ochenta y ocho pasaron a ser los depositarios de un poder tutelado por el comandante en jefe benemérito reconvenido a partir de entonces en senador vitalicio. Fue la consigna del primer presidente democrático, después