R esulta que un día, en un lugar llamado Francia, la burguesía (esas personas que vivían en las primeras ciudades allá por Europa) le pareció que ya bastaba de mantener a aquellos zánganos de la monarquía y les dio por poner de moda eso de la libertad, la igualdad y la fraternidad . Se tomaron un fuerte conocido como La Bastilla y condenaron a muerte a todos aquellos que se opusieran a las ideas nuevas. Esta revolución de muchos fue una cosa buena. Fue causa e inspiración de no pocos movimientos de independencia en las colonias que hasta entonces pensaban que era lo más normal que los reyes lo controlasen todo a la distancia. De saber cosas, hace rato que las venían sabiendo, pero dicen que la costumbre es fuerte y que no es fácil cambiar de la noche a la mañana lo que se ha creído acertado por años. Sin embargo, en Francia fue posible; lamentablemente los pensadores no tardaron demasiado en tener ideas distintas los unos de los otros y así fue como aquellos que lideraron en un