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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Cuentos Completos de Julio Cortázar

T erminé de leerlos hace varios meses y aún así me siguen dando vueltas algunos de los cuentos. Para nada extraño tratándose de uno de los autores más innovadores y admirados de las letras hispanoamericanas. Son tres tomos en edición económica que distan bastante en su publico objetivo de las cuidadas antologías que normalmente podemos encontrar en las librerías. Estos son cuentos inolvidables, verdaderos clásicos que de seguro muchos de ustedes ya conocerán; la experiencia va mucho más allá sin embargo de La noche boca arriba , Casa tomada , La autopista del sur o Final del juego (obras de arte del cuento como género), en esta antología podemos encontrar textos no tan conocidos y sin embargo tan cautivantes como los ya nombrados. Están todos; los muy famosos y otros que no hacen sino reafirmar el carácter de maestro del relato corto de este autor nacido argentino y nacionalizado francés. La lectura de cada uno de los tomos garantiza horas, semanas e incluso meses de apasionan

Cantando bajo la lluvia (1952)

P uede ser que usted sea de aquellos que no soporta las películas musicales; esas en que están hablando los personajes y de la nada aparece el sonido de los instrumentos y gran parte de los personajes, sino todos, se ponen a cantar o a bailar. A mi en realidad no me atraen mucho sin embargo reconozco algunos títulos que son parte de la historia del cine y comparto con muchos especialistas en que Cantando bajo la lluvia es el mejor musical de todos los tiempos. Es por eso que hay que verla aunque solo sea una vez en la vida. La cinta está repleta de elementos interesantes que se podrían comentar y sin embargo el hecho de que esté de alguna forma creada como un retrato gracioso y sentimental del paso del cine mudo al sonoro (Sí, ya lo sé, puede ser que usted esté recordando una película de hace poco que trata de lo mismo, pero no es una idea original) Cantando bajo la lluvia se trata del problema que tiene un estudio de cine debido al estreno del Cantante de jazz , primera película

Diógenes (I)

A l oír hablar sobre Diógenes, Alejandro Magno quiso conocerlo. Así que un día en que el filósofo estaba acostado tomando el sol, Alejandro se paró ante él. Diógenes se percató también de la presencia de aquel joven espléndido. Levantó la mano como comprobando que, efectivamente, el sol ya no se proyectaba sobre su cuerpo. Apartó la mano que se encontraba entre su rostro y el del extraño y se quedó mirándolo. El joven se dio cuenta de que era su turno de hablar y pronunció: - "Mi nombre es Alejandro El Grande”. Pronunció esto último poniendo cierto énfasis enaltecedor que parecía más bien aprendido. - "Yo soy Diógenes el perro” Hay quienes dicen que retó a Alejandro Magno con esta frase, pero es cierto también que en Corinto era conocido como Diógenes el perro. Alejandro Magno era conocido en la polis así como en toda la Magna Grecia. A Diógenes no parecía importarle quien era, o quizá no lo sabía. El emperador recuperó el turno: - "He oído de ti Diógen

Soldaditos

R ecuerdo que cuando era niño sabía que era muy difícil que me compraran juguetes. No porque mi mamá no quisiera, más bien porque tenía más importancia tener algo de comer y el dinero por entonces no alcanzaba. Noté entonces lo económicas que resultaban aquellas bolsas de soldaditos plásticos verdes que vendían en las ferias. Entonces muchas navidades, cuando mi mamá nos preguntaba que nos gustaría recibir en nochebuena, yo pedía soldaditos. Recibí muchos, llegue a tener una bolsa de supermercado llena de esas personitas armadas de plástico. Rara vez jugaba a la guerra con ellos, los hacía conversar y cuando no estaban de acuerdo de ser necesario solucionaban sus diferencias a puñetazos pero rara vez usaban sus armas.     Creo que alcancé a entender por aquellos años que los soldados de verdad, aquellos que encuentran su razón de ser en países donde hay niños como el que era yo por entonces no son personas que yo nunca vaya a entender. Jamás me han gustado los soldados de verda