reflexiones de un irreflexivo

                                                                                  Q ué solo me voy quedando                                   A medida que de ropa                                    Los arboles van cambiando.                                     No entiendo sin embargo                                     Cómo y sin condiciones                                   Todo cuánto desconozco                                   Sigo aguardando.  

¿Qué otra cosa se puede hacer con el dolor que pintar de la mano de él? ¿Qué se puede hacer con la bronca ante el ser amado que no sea otra cosa que esperar a su lado que el pendejo se dé cuenta lo mucho que se le quiere? Estas parecen ser las preguntas con qué Frida, aún a riesgo de parecer maleducada, le respondería a cualquiera que quisiese cuestionarle por pintarse así misma cuando lo que urgía era la pintura comprometida o por permanecer junto a un elefante que le ponía los cuernos incluso con su propia hermana.     Cuestiones como estas no hacen otra cosa que confirmar lo contradictorio que pueden ser el proceder de quien crea y ama sin esperar necesariamente agradar a un partido o a un consenso social ni político. Contradictorio que Frida sea recordada por pintar su realidad y no andar inventando las realidades que otros con más suerte que ella únicamente soñaban. La reivindicación de los colores, de los accesorios de su tierra, el anhelo de las ideas intelectuales que p

C uando yo era niño y había descubierto hace poco a los Beatles , la canción Yellow submarine estimulaba mi imaginación. La voz de Ringo era la única que podía distinguir en las canciones de la banda (Paul, John y George me sonaban igual) y me gustaba mucho que la caratula del caset tuviese un dibujo y no una foto. Ya puesto a escuchar las canciones, algunas (aunque eso depende de la edición del casete que se tenga) me hacían volar la cabeza. En la copia que yo tenía entonces puedo jurar que All Together Now , Hey Bulldog y Baby You're A Rich Man me producían una alegría poco explicable ahora que ya no tengo ocho años. All You Need is Love era por lo demás muy conocida, pero definitivamente lo que más me gustaba oír eran los arreglos orquestales puestos para el vinilo original por aquel Beatles en las sombras (más bien perillas) que era George Martin quién claramente puso mucha más de su dedicación a este trabajo que cumple cincuenta años de la que honestamente le pusiero

S i en Francia se habían revelado los burgueses ¿por qué no se habrían de rebelar en algún lugar del mundo los campesinos? Parecía imposible, pero fue y fue tan grande la rebelión que determinó la historia del siglo que se presume ha sido el siglo más violento desde que se llevan registros de la irracionalidad de la que se supone es la especie racional por excelencia.     La culpa, algunos dirán, fue de Carlos Marx que había escrito aquello de que la historia del hombre era una historia de lucha de clases y resultó ser tan cierta la cosa que, aprovechando que los soldados del Zar estaban demasiado ocupados en los frentes de batalla de la Primera Guerra Mundial, los bolchevique más resueltos que sus rivales los mencheviques atizaron los antiguos dolores y miserias de los menos privilegiados en una historia de explotación que tenía en Rusia una muestra de lo que ocurría en muchos lugares del mundo. Vladimir Lenin y sus disciplinados revolucionarios barrieron con los vestigios de su