
Puede ser un álbum demasiado politizado, puede ser para algunos testimonio de una época de odio y divisiones, pero para mí es la obra maestra del grupo Quilapayún.
En este disco (que yo conocí como casete) hay todo un manifiesto de solidaridad para con los desposeídos de entonces y para los desposeídos de hoy. A mi parecer, no hay una sola canción de este álbum que no provoque positivamente al auditor; más aún, si el que escucha ha vivido siempre envuelto en el poncho de lo social.
A la mina no voy, La muralla, La gaviota, Bella Ciao, Coplas de baguala, Cueca a Balmaceda, Por montañas y praderas, La carta (original de Violeta Parra), Carabina 30 30, Porque los pobres no tienen (también de Violeta), Patrón y Basta ya son algunas de las canciones que marcaron mi infancia. Y es que estos comentarios de música más que buscar sugerir discos que se debieran escuchar, son un recuento de mis momentos musicales.
Basta fue y seguirá siendo por mucho tiempo una de mis discos favoritos. Ojalá puedan escucharlo alguna vez. Lo recomiendo a aquellos que gustan de la música latinoamericana y sobre todo a aquellos que han vivido permanentemente en la lucha por construir un mundo mejor.
Basta fue y seguirá siendo por mucho tiempo una de mis discos favoritos. Ojalá puedan escucharlo alguna vez. Lo recomiendo a aquellos que gustan de la música latinoamericana y sobre todo a aquellos que han vivido permanentemente en la lucha por construir un mundo mejor.
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