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Mostrando entradas de marzo, 2025

El Club (2015)

P ablo Larraín, en su incursión como director de películas chilenas, siempre fue un director interesante. Cuatro películas había dirigido antes de filmar la que, para el que escribe, sigue siendo su mejor película (sinceramente espero que hasta ahora). En el presente filma películas en inglés, con generosos presupuestos y actrices de primera línea. Es reconocido internacionalmente y tengo que insistir en que El Club es su punto más alto. En un sector  costero de Chile viven, en una casa de dos pisos, cuatro hombres mayores y una mujer que entrenan galgos con el fin de hacerlos participar en las carreras que se organizan en el pueblo. Por la llegada de un quinto inquilino empezamos a entender que son religiosos apartados de su iglesia por haber cometidos delitos horribles. El lugar no es bonito, parece estar siempre nublado y la rutinaria vida que bien poco tiene en verdad de penitencia se ve remecida por un altercado producido tras la llegada del quinto inquilino.  Una victima...

Una conversación

F ragonor   venía del Mercado. Al Mercado iba de tanto en tanto porque en allí encontraba lo que buscaba y al precio que estaba dispuesto a pagar. Belosa; su esposa, pelaba las papas; callada como los últimos años. Evitando cualquier conversación, pues, pasados más de veinte años de matrimonio, cualquier conversación podía terminar en discusión. Fragonor sentado frente a Belosa respiraba malhumorado. Su mujer nada preguntaba y ya que no preguntaba, el esposo largó de una vez las palabras, sin mediar invitación alguna:  - Los afuerinos se toman todos los rincones de la calle... y son unos mal educados. Belosa ni siquiera levantó la vista. Siguió pelando las papas, esperando que no hubiese otro comentario. Pero una vez que Fragonor soltaba las palabras, tomando en cuenta que no era hombre de muchas palabras, no había forma de que nada o nadie le impidiese dar su opinión. - Una señora quería entrar al abasto de harinas y unos afuerinos le entorpecía el paso con el enorme carretón...

El violín de Becho

 

La mujer

A mada, respetada y admirada por las culturas precolombinas; la mujer fue muchas veces la madre del universo. Los primeros habitantes del continente envolvieron sus más altos sentimientos bajo un manto femenino. Entonces llegaron los europeos y sus credos oxidados. Trajeron un dios hombre que le otorgaba, a la creadora, el desprecio de ser únicamente costilla de su imagen y semejanza. Ellos culparon a la madre de todos los hombres del peor de los pecados, y desde entonces no se habló nunca más de diosas ni de madres de la tierra.   Desde las primeras civilizaciones, la mujer, fue relegada a un plano inferior y hasta el día de hoy no se les ha podido dar igual trato que a los hombres. Ellas no son dignas todavía de oficiar una misa ni de recibir igual salario por el mismo trabajo. Se le golpea porque es débil y se le condena porque  es libre. La mujer tiene hoy su día y hoy en día miles de mujeres no saben de una caricia. Al doble trabajo les damos el derecho; pero olvidam...