Ir al contenido principal

Una conversación

Fragonor venía del Mercado. Al Mercado iba de tanto en tanto porque en allí encontraba lo que buscaba y al precio que estaba dispuesto a pagar. Belosa; su esposa, pelaba las papas; callada como los últimos años. Evitando cualquier conversación, pues, pasados más de veinte años de matrimonio, cualquier conversación podía terminar en discusión.

Fragonor sentado frente a Belosa respiraba malhumorado. Su mujer nada preguntaba y ya que no preguntaba, el esposo largó de una vez las palabras, sin mediar invitación alguna: 

- Los afuerinos se toman todos los rincones de la calle... y son unos mal educados.

Belosa ni siquiera levantó la vista. Siguió pelando las papas, esperando que no hubiese otro comentario. Pero una vez que Fragonor soltaba las palabras, tomando en cuenta que no era hombre de muchas palabras, no había forma de que nada o nadie le impidiese dar su opinión.

- Una señora quería entrar al abasto de harinas y unos afuerinos le entorpecía el paso con el enorme carretón en que trasportaba sus inmundos productos. La señora hizo un comentario breve acerca de lo inconveniente que resultaba obstaculizar el paso a los locales establecidos y uno de los afuerinos, cuando la señora ya había pasado, le dejó caer un improperio cobarde a la vez que inmerecido, dada la buena educación de la señora que es habitante natural de nuestro bendecido y trabajador pueblo.

Belosa levantó la vista; tomo el aire que pensó necesario para decir aquello que quería decir y dijo, intentando que no le traicionara la voz:

- Le propongo que haga un ejercicio de pronunciación. Allí dónde usted dice afuerinos diga algunas personas; porque la mayoría de las personas por estos días son unas mal educadas y unas cobardes.

Fragonor que sentía que no era, precisamente, de esos que discriminaba a los afuerinos, se mostró contrariado con el comentario de su esposa. Belosa se dio cuenta, e intentando mantener la voz calma agregó:

- Los heraldos que usted lee a diario están escrito con odio. A los dueños de los heraldos le viene bien que las personas se contagien de odio y vean, a los que vienen de afuera, con desconfianza. Por lo demás, no todos los que vienen de afuera son comerciantes. También hay profesores, abogados y hasta doctores. No olvide que cuando estuve a punto de morir, fue un doctor afuerino el que me operó y se preocupo de mí por casi un mes. Y no olvide que un doctor del pueblo fue el que me miró con desprecio por no tener el dinero suficiente para operarme en su pabellón. 

A Fragonor poco y nada le gustaba el cariz que estaba tomando la conversación. Aclaró que no era una mala persona y que no tenía intención alguna de señalar el carácter de foráneos de quienes molestaban en las calles comerciales del pueblo. Recordaba que Belosa pensaba que los prejuicios de las malas personas le habían causado mucho daño a los más humildes, no sólo del pueblo chico, sino que incluso a los más humildes de pueblos que sí que eran grandes.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Quelentaro

Q uiero hacer este homenaje ahora porque no quiero llegar con él cuando sea tarde. Remontarme a la infancia porque aunque resulte inapropiado, una irresponsabilidad de mis padres o quién sabe qué cosa....lo que más recuerdo de mi infancia son las coplas del dúo Quelentaro . Eran un conjunto en un comienzo (cosa que muy pocos en realidad saben) después pasaron a ser un dúo y gran parte de los años ochenta era solo Gastón el que cargaba con el pesado nombre del arte que para tantos de nosotros es enorme debido a que su hermano Eduardo tuvo que partir en palabras propias de ellos, a lejanas tierras. La poesía y la música de Quelentaro vienen de la tierra, se conecta con aquellos que a tumbos hemos ido caminando la vida. Su arte es decididamente más comprometido y menos masivo que el de otros cantores populares....pero este homenaje no es por lo artístico; es porque aunque ellos no lo saben del todo; mis propios caminos se han topado algunas veces con los de ellos. Cuando E...

Casas de cartón

N o tenía la menor idea de que Marco Antonio Solis había grabado una versión de la canción, ni que vendieran casas de cartón para que jueguen los niños que pueden comprarlas. El caso es que buscando información sobre el (a estas alturas) innegable aumento de casas de cartón, palos y latones alzadas en la principal avenida de la ciudad en que transito, no me fue de ningún modo posible, evitar recordar una de las canciones de aquel furibundo, y dulzón, cantautor que fue el venezolano Alí Primera. Tenemos como nunca a vista y paciencia de quien use sus ojos para ver lo que no conviene de ningún modo mirar... a personas durmiendo en la calle. Puede ser que como una inevitable consecuencia de aquello del individualismo usted me pueda decir que son desarraigados, drogadictos y vagos que se niegan a ser responsables como aparentemente usted y yo lo somos pero, resulta que me he acercado a algunas de estas casas que juntas, frente a las universidades y clubes de gente bien, conforman fami...

Tres hermanos (1981)

C uando terminamos de ver una película que nos tuvo cautivados más por sus silencios que por sus contenidas actuaciones. Cuando oímos sorprendidos que los problemas de la justicia, las reivindicaciones sociales y del amor definitivamente parecen ser siempre los mismos y aún así, sentir un extraño estremecimiento minutos después de haberla terminado de ver; pienso que es una película que hay que ver. Tres hermanos es una película sobre hombres, sobre la manera en que sobrellevamos nuestras emociones. Dirigida por Francesco Rossi y protagonizada por Phillipe Noire , Michelle Placido y Vitorrio Mezzogiorno en los roles de los tres hermanos que vuelven al pueblo donde crecieron con motivo de la muerte de su madre. Allí les espera su padre, un conmovedor Charles Vanel , que parece ser, junto a su nieta (la que viaja con  su padre; el menor de los hermanos) los únicos que realmente sienten la perdida. Uno juez, el otro trabajador social en un hogar de niños con  diversa...