Como sociedad occidental leemos pocos libros escritos por mujeres, vemos pocas películas dirigidas por mujeres y son muy pocas las superheroínas conocidas; y aunque ciertas editoriales, compañías cinematográficas y campañas más o menos recientes intentan hacer algo al respecto...siguen siendo muy pocas las obras artísticas/intelectuales de mujeres a las que tenemos acceso.
Para hacer esta reflexión más interesante me quiero centrar en la obra de una mujer que viajó desde su Irán natal a una Francia que la adoptó como una de las suyas sin mediar más que aquel enorme y velado talento que podemos encontrar en las mujeres por más que nosotros los hombres pasemos por su lado mirando hacia cualquier lado. No pretendo asegurar que todas las mujeres ni todos lo hombres son capaces de concebir ideas que son luminosas a la vez que universales; quiero ser más bien irónico comentando una maravilla que fue adoptada por nuestra cultura tan civilizada, Me refiero al libro Persépolis.
Obra de Marjane Satrapi;(publicada originalmente en cuatro tomos) evidentemente autobiográfica, nos comparte el paso de la niñez a la adultez de un inquieto ser humano perteneciente a una más de las culturas que minimizan la esencia y la existencia de lo femenino. Es una obra tanto humana como política, original como fresca y atemporal. Nos hace parte del proceso de perdida de libertad propio de una de aquellas culturas que en Occidente conocemos muy poco, la del Islam, pero también nos presenta las inquietudes que espontáneas surgen de observar, sentir y pensar. Estamos ante una versión madura de nuestra Mafalda; eso sí llevada muchísimo más allá en relación a las implicaciones humanas y artísticas que se desprenden de esta obra.
Bella en muchos aspectos, tras de su lectura queda aquella sensación agradable de que lo que un ser humano es prevalece a pesar de los pesares, la certeza de que lo que no nos mata nos fortalece. Inolvidables son los diálogos con Dios, los padres, el tío y la abuela, los momentos en que Marjane no se encuentra a si misma (en su país es tan extraña como extraña era en Europa), y aquellos momentos en que nos queda claro que todo aquello que nos rodea nos va definiendo. Una obra a la altura de las grandes novelas gráficas que están pendientes de descubrir.
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