Antes escribí que Mario Benedetti me parece mejor poeta que cuentista; esta aseveración es antojadiza ya que este entrañable y bonachón hombre que podemos ver en las fotos es uno de mis poetas favoritos no obstante, siendo bastante sincero, debo reconocer que volver a leer Despistes y franquezas me parece un ejercicio fresco como gratificante entre tanta literatura que busca ser pretexto para una saga o afán de lucro basado en la irrefrenable necesidad de no pocos lectores de conocer las bajezas humanas.
La obra de este imprescindible latinoamericano (estoy seguro que a él no le importaría que le reconozca como ciudadano ilustre de nuestra patria grande en desmedro de su pueblo chico que es Uruguay) es sencilla a la vez que precisa, los relatos y poemas incluidos en este intento de agradecer a los fieles lectores son también precisos señuelos para captar lectores distraídos, ciudadanos apremiados por el tiempo que seguro no repararan en las más de doscientas páginas del libro porque es entretenido a la vez que profundo como lo es la mayor parte de la obra de su autor.
Una (o tal vez varias) lecturas más que recomendables para leer y para compartir tantas veces como sea posible con quienes quieran compartir el descanso a tantas cosas que al día de hoy nos agobian e innecesariamente nos complica. Definitivamente es un ejemplo rotundo e inspirador de autenticidad.
La obra de este imprescindible latinoamericano (estoy seguro que a él no le importaría que le reconozca como ciudadano ilustre de nuestra patria grande en desmedro de su pueblo chico que es Uruguay) es sencilla a la vez que precisa, los relatos y poemas incluidos en este intento de agradecer a los fieles lectores son también precisos señuelos para captar lectores distraídos, ciudadanos apremiados por el tiempo que seguro no repararan en las más de doscientas páginas del libro porque es entretenido a la vez que profundo como lo es la mayor parte de la obra de su autor.
Una (o tal vez varias) lecturas más que recomendables para leer y para compartir tantas veces como sea posible con quienes quieran compartir el descanso a tantas cosas que al día de hoy nos agobian e innecesariamente nos complica. Definitivamente es un ejemplo rotundo e inspirador de autenticidad.
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