
“La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo (…) el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable. A nadie le da de ganar esa locura que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana: bailarín que danza con una pelota leve como el globo que se va al aire y el ovillo que rueda, jugando sin saber que juega, sin motivo y sin reloj y sin juez.El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue. La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la osadía.Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad.”
Pienso que éste, el primer texto de El fútbol a sol y sombra funciona mejor que cualquier reseña pensada para invitar a leer el libro. Eduardo Galeano, como casi todos los uruguayos vive el fútbol y puede ser que ya reconocido su estilo de escritura, se dé a sí mismo un singular regalito que no le ha venido nada mal compartir.
El libro rastrea desde los orígenes de este deporte hasta el mundial del 2002 (en su versión revisada) entreteniendo a la vez que informando de lo que ha sido hasta hoy una relación de amor y odio entre los intelectuales latinoamericanos y esta pasión de multitudes. Denunciando de la manera más sencilla las corrupciones que para los seguidores de tan lucrativo negocio no ven en él mayor ciencia que: mi equipo le gana a tu equipo y entonces somos mejores que ustedes. El libro, cómo no, va mucho más allá, se ríe de los formalismos y rescata a los héroes de tiempos pretéritos cuando jugar al fútbol era un desafío a lo establecido.
Una lectura imprescindible para aquellos que no ven el fútbol como una pasión, sino como una excusa más para que los de abajo se olviden de sus problemas cotidianos. Un manual de historia futbolera muchísimo más valioso que los incontables productos y estadísticas que hacen de algo tan primitivo una de las industrias más lucrativas del presente.
un excelente libro
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar. Bienvenida.
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