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Evocación de la hacedora


A esta hora mi mamá debe de estar lavando ropa o fregando el piso en una casa ajena; zurciendo calcetines...de seguro mi vieja a esta hora se machuca los dedos en alguna fábrica, vende verduras en la feria o da rienda suelta al pensamiento cocinando pa' otras bocas que no son las suyas...Mi mamá, ¿en qué lugar habrá aprendido a arreglar las cosas? ¿En qué momento entre pega y pega me zurce las caricias? ¿De dónde cosechó los besos para darme?...poco y nada sé; apenas tengo la certeza de que estoy lejos y que pocas palabras me sirven para nombrarla.Sí, soy huacho si a eso se refiere, sólo tengo a mi mamá ¿y qué?, míreme con cuidado, tengo el rostro carbón y los ojos claros; esto tiene explicación en un tiempo no lejano: una mujer creyó que era más simple y sincero el amor y tras un engaño se truncaron los anhelos; se quedó mi vieja triste y amargada en el abandono. Más nunca renegó de su panza hinchada y me parió con dulzura, sin culparme nunca de su dolor. Yo tuve padre, le juro amigo que yo tuve padre...pero ahora no más tengo madre; una china de esas de pueblo: cansada, malhablá, pequeñita y trabajadora.Va pa' rriba y pa' bajo mi mamá laborando y aunque los años la maltrataron, mi vieja le sigue dando y dando; que un día pa' comprar azúcar, que a los cabros les faltan zapatos, que cuadernos pa' la escuela y como si fuera poco...pal' arriendo. Toda una vida mi mami repartiéndose pa' mis hermanas y pa' mí sin pensar en ella para nada; pero yo sé que no todas las madres son así: desletradas, con manos duras; sé que hay madres de otro tipo; como la madre de Dios, que tras parir a su cría siguió siendo virgen o la madre de Valenzuela, esa que puro cuidaba a sus niños y preparaba el almuerzo y planchaba la ropita tras ordenar la casa...también sé que hay mamás de esas y que hay madres que olvidan de ser madres; que le dejan los hijos a la nana y pagan mucho dinero pa' que a sus niños no les falte nada. Madres como las que explotan a otras madres; de esas que distancian a las pajaritas como mi mamá de sus pichones con horarios inhumanos de trabajo pa' pagarlo al fin con mendrugos. También sé de madres así...pero ahora yo estoy pensando en mi mamá, esa obrera pétalo de rosa que me enseñó a querer a Dios a pesar del desamparo y el dolor, aquella flor campechana que a golpe de besos enrieló mi camino.Cuando yo era niño trabajé con ella, vendíamos ajos y cilantros, mi mamá preña' de mi hermana chica y yo chupándome los mocos a la bajada del mercado; también cargábamos sacos en la vega, fregábamos ollas, limpiábamos pisos, colgábamos la ropa y como en un sueño antiguo, anduvimos juntos tras el trabajo en las noches de invierno. De ese tiempo, me acuerdo de una mamá de pelo negro con mucha fuerza pa' ganarle a la vida.Si usted lo dice, soy huacho, pero un huacho orgulloso de su madre, llevo hondo el orgullo de ser pedazo de su carne y no hay quién me robe el recuerdo de aquella mujer terrosa y productiva; porque yo soy hermano, y ha de saberse, de otros cabros huachos que andan por este peladero...Pero huachos de padre, padre inconsciente que no sabe ver a la mujer sino como cualquier objeto. Yo no soy huacho, yo tengo a mi mamá y con madres como la que yo tengo, no me venga con lástima ni compadecensias; que soy ilegitimo, es cierto. pero tengo a mi vieja y de ella aprendo cada día...No quiero palabras de consuelo...que este roto tuvo y tiene madre y altanero como lo ven, sabe también de ternuras...mi madre me enseñó la lanza, mi madre me enseñó la caricia, y con madres como la que yo tengo...¡¡Pa' que diablos quiero padre...!!


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