Ir al contenido principal

Tener miedo (II)


Mi entrada del 08 de julio no es una defensa de los delincuentes de baja monta. Más bien es un llamado de atención para aquellos que se dejan amedrentar o dividir, lo que es un retraso en el proceso de humanización que necesitamos todos.

Conocí a algunos delincuentes hace varios años atrás, y si bien es cierto, los parias de ayer son distintos a los de hoy, la única diferencia radica en que hoy todos tenemos un más cómodo acceso a nuestras dosis de enajenación. Hoy si los niños que abandonados en las calles quieren beber, tienen menos dificultades para obtener el veneno que va a matarles la infancia, si quieren conseguir tolueno o bencina, sin mediar derechos ni respeto al niño, se les vende.

Pero hoy en día cuántos son los que quieren olvidar lo poquita cosa que son laborando día tras día sin levantarle la voz ni tan siquiera una vez al desgraciado patrón, también por miedo; miedo a perder el miserable sueldo tan necesario para pensar en alimentarse y en pagar las deudas encienden la cajita que los droga con vidas que no les pertenecen y mentiras que adecuan al mundo según la comodidad de los dueños de todo, y ni siquiera levantarse del sillón necesitan; ya se inventó el control remoto y como ven es más fácil olvidar por un rato el trabajo, la delincuencia, los problemas en el transporte y la impotencia de saber que la cosa está mala y que las autoridades no hacen nada para mejorarla.

Pues bien, entonces que hay de extraño en que los delincuentes de ayer, que a penas mordían el pucho y ahogaban la bronca con unos vasos de mal vino hoy aspiren su dosis y se inyecten las venas el valor necesario para vivir de los esfuerzos de los otros que están mejor preparados para soportar que los humillen, que los jodan con un sueldo miserable y les roben de mil formas legales.

No, no los defiendo, de hecho desprecio al que es tan miserable como para no enfrentar sus tormentos sin drogarse (drogarse de drogas, de televisión ¿cuál es la diferencia?) los parias son parias porque nunca lograron ni lograran seguir el juego de los buenos modales. A ellos siempre los han dejado al margen. Yo nos los defiendo, yo expongo lo dependiente que son sus vidas, lo triste y lo inhumano que es vivir en el odio y la envidia hacia el semejante. Pero los delincuentes no son los únicos que viven así. Cuando menos no son los más desdichados.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Quelentaro

Q uiero hacer este homenaje ahora porque no quiero llegar con él cuando sea tarde. Remontarme a la infancia porque aunque resulte inapropiado, una irresponsabilidad de mis padres o quién sabe qué cosa....lo que más recuerdo de mi infancia son las coplas del dúo Quelentaro . Eran un conjunto en un comienzo (cosa que muy pocos en realidad saben) después pasaron a ser un dúo y gran parte de los años ochenta era solo Gastón el que cargaba con el pesado nombre del arte que para tantos de nosotros es enorme debido a que su hermano Eduardo tuvo que partir en palabras propias de ellos, a lejanas tierras. La poesía y la música de Quelentaro vienen de la tierra, se conecta con aquellos que a tumbos hemos ido caminando la vida. Su arte es decididamente más comprometido y menos masivo que el de otros cantores populares....pero este homenaje no es por lo artístico; es porque aunque ellos no lo saben del todo; mis propios caminos se han topado algunas veces con los de ellos. Cuando E...

Casas de cartón

N o tenía la menor idea de que Marco Antonio Solis había grabado una versión de la canción, ni que vendieran casas de cartón para que jueguen los niños que pueden comprarlas. El caso es que buscando información sobre el (a estas alturas) innegable aumento de casas de cartón, palos y latones alzadas en la principal avenida de la ciudad en que transito, no me fue de ningún modo posible, evitar recordar una de las canciones de aquel furibundo, y dulzón, cantautor que fue el venezolano Alí Primera. Tenemos como nunca a vista y paciencia de quien use sus ojos para ver lo que no conviene de ningún modo mirar... a personas durmiendo en la calle. Puede ser que como una inevitable consecuencia de aquello del individualismo usted me pueda decir que son desarraigados, drogadictos y vagos que se niegan a ser responsables como aparentemente usted y yo lo somos pero, resulta que me he acercado a algunas de estas casas que juntas, frente a las universidades y clubes de gente bien, conforman fami...

Tres hermanos (1981)

C uando terminamos de ver una película que nos tuvo cautivados más por sus silencios que por sus contenidas actuaciones. Cuando oímos sorprendidos que los problemas de la justicia, las reivindicaciones sociales y del amor definitivamente parecen ser siempre los mismos y aún así, sentir un extraño estremecimiento minutos después de haberla terminado de ver; pienso que es una película que hay que ver. Tres hermanos es una película sobre hombres, sobre la manera en que sobrellevamos nuestras emociones. Dirigida por Francesco Rossi y protagonizada por Phillipe Noire , Michelle Placido y Vitorrio Mezzogiorno en los roles de los tres hermanos que vuelven al pueblo donde crecieron con motivo de la muerte de su madre. Allí les espera su padre, un conmovedor Charles Vanel , que parece ser, junto a su nieta (la que viaja con  su padre; el menor de los hermanos) los únicos que realmente sienten la perdida. Uno juez, el otro trabajador social en un hogar de niños con  diversa...