
Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia.
Quizá volvamos a tropezar, pero allí donde me abandonaste no volverás a encontrarme.
Las revoluciones se producen en los callejones sin salida.
Cuando el delito se multiplica, nadie quiere verlo.
La buena gente se la conoce en que resulta mejor cuando se la conoce.
Con la guerra aumentan las propiedades de los hacendados, aumenta la miseria de los miserables, aumentan los discursos del general, y crece el silencio de los hombres.
Debilidades… No tenías ninguna, yo sólo una, que amaba
Me parezco al que llevaba el ladrillo consigo para mostrar al mundo como era su casa.
Bertolt Brecht (1898 - 1956)
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