Alejandro me miró y preguntó por qué no sacaba fotos de los lugares por donde andaba; le conté que al principio de mi ir y volver como todo aquel que intentando traer un poco de lo visto para poderlo compartir con otros, sacaba fotos y hasta filmaba vídeos de los lugares visitados. Pero aquello habían sido otros tiempos; la gente ahora se saca fotos con un fin que yo todavía no comprendo del todo.
Ahora todo es inmediato; no hay espacio para extrañarse los unos o los otros. Quién así lo quiera puede saber cómo se sienten las personas que le conocen, o al menos ver-leer como ellos dicen que se sienten...eso de como uno se siente es tan relativo, porque cuando yo me siento triste no se lo ando contando a cualquiera y cuando ando contento, me da un poco de vergüenza presumir, no vaya a ser que alguien se ponga envidioso.
La verdad no creo que sea importante presumir de nada y aún nos queda bastante pendiente agradecer tantas cosas. A las personas el tiempo, las calles, los paisajes y hasta los recuerdos se les diluyen demasiado pronto (Cómo será esto que las redes sociales permanentemente les andan recordando las cosas). Ya no importa tanto lo que hacen otras personas como lo que hacemos nosotros.
Todos quieren mostrar lo felices o desdichados que son y olvidan que la mejor experiencia de vida sigue siendo conocer a otras personas; preocuparse y a veces hasta ocuparse con ellas.
Todos quieren mostrar lo felices o desdichados que son y olvidan que la mejor experiencia de vida sigue siendo conocer a otras personas; preocuparse y a veces hasta ocuparse con ellas.
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