En un no muy cuidado puesto de libros y revistas antiguas me encontré con una copia en pequeño de un libro que hace muchos años quería poder hojear y por supuesto leer. Esto ocurrió hace ya algunos meses; aún no termino de leerlo completo, cosa que poco importa porque en cuanto lo termine seguro que querré leerlo de nuevo. Déjenme que me explique desde el comienzo. El libro Toda Mafalda tiene un formato muy grande y además es un muy caro, motivos que justifican de sobra mi felicidad pues me costó muy barato para lo que sentimental y cognitivamente para mí vale. Que de tamaño sea más pequeño, me facilita el transportarlo y compartir en parte fragmentos de tanta lucidez contenida en algo en apariencia tan inocente como una viñeta.
Seguro sería pretencioso a estas alturas intentar explicar quién es Mafalda (quien no sepa, en internet ahora todo es inmediato) esta creación única e irrepetible que a ratos parece haber sepultado toda la demás obra del gran humorista gráfico Joaquín Salvador Lavado Tejón (Quino) es una obra infaltable en la historia del cómic latinoamericano principalmente. Se público en diversos medios entre 1964 y 1973 y hasta el día de hoy, las nuevas generaciones de almas jóvenes encuentran en ella y sus amigos ecos de un mundo que al menos por un momento en toda vida que se precie de haberse detenido a pensar en los demás, seguirán recordándonos lo lindos que eramos.
El libro es una maravilla; trae todas las viñetas, más de algún articulo a modo de prologo y epilogo. Me atrevo a decir que es una especie de biblia del inconformismo que a a ratos a nuestras sociedades le han hecho tanta falta. Son fotografías de un tiempo, insisto, que para los pensadores y los jóvenes de nuestro maltratado continente fue definitivamente hermoso. Gotas de rocío que nos permiten mantenernos fresco en contra del pasar de los años, una línea directa a una etapa de todas nuestras vidas que jamás debiésemos olvidar.
Seguro sería pretencioso a estas alturas intentar explicar quién es Mafalda (quien no sepa, en internet ahora todo es inmediato) esta creación única e irrepetible que a ratos parece haber sepultado toda la demás obra del gran humorista gráfico Joaquín Salvador Lavado Tejón (Quino) es una obra infaltable en la historia del cómic latinoamericano principalmente. Se público en diversos medios entre 1964 y 1973 y hasta el día de hoy, las nuevas generaciones de almas jóvenes encuentran en ella y sus amigos ecos de un mundo que al menos por un momento en toda vida que se precie de haberse detenido a pensar en los demás, seguirán recordándonos lo lindos que eramos.
El libro es una maravilla; trae todas las viñetas, más de algún articulo a modo de prologo y epilogo. Me atrevo a decir que es una especie de biblia del inconformismo que a a ratos a nuestras sociedades le han hecho tanta falta. Son fotografías de un tiempo, insisto, que para los pensadores y los jóvenes de nuestro maltratado continente fue definitivamente hermoso. Gotas de rocío que nos permiten mantenernos fresco en contra del pasar de los años, una línea directa a una etapa de todas nuestras vidas que jamás debiésemos olvidar.
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