Son horas fascinantes las que se viven cuando uno lee Las Moscas de Jean Paul Sartre. La obra, una de teatro, es decir, debiese elogiar alguna de sus puestas en escena pero quiero elogiar el texto escrito. Es verdad, que por lo general, disfruto bastante leer obras de teatro, también disfruto- de una manera mucho más intensa, no puedo negarlo - de algunas puestas en escena. Nunca he visto una puesta en escena de Las moscas sin embargo la vi durante cada una de las horas en que la leí...juro que la vi.
Es una obra escrita para expresarse ante las narices de uno de los más repudiados totalitarismos del siglo XX y, por estar escrita por un intelectual tan reconocido como lo es el francés, gosa de un reconocimiento no menor, sin embargo no es una obra muy comentada cuando los admiradores del existencialismo se ponen a hablar de Sartre. Extraño por que es una obra breve, muy entretenida y sobre todas las cosas, está repleta de frases de esas que tanto les gustan a quienes buscan sus dosis de sabiduría a costa de los textos breves.
La historia de Oreste que busca vengar a Agamenón, su padre, asesinado por su madre y el amante de ésta (Clitemnestra y Egisto respectivamente) en las cercanías de una plaza de Argos que puede ser sentida como propia independiente del lugar y las cercanías en donde se lea o se presencie la obra por primera vez. Esta Júpiter, que como dios que es, busca intervenir en los destinos humanos. Hay un pedagogo y cómo no Electra que es el alma absoluta de esta obra. La pureza inmanchable frente a la inmundicia, la voz de las ideas que de tan elevadas han comenzado a parecer ajenas (e incluso inútiles) entre las personas de aquel y también de este tiempo.
Una obra inolvidable. Bella e inspiradora. Entretenida o chistosa, depende de lo que se entienda por entretenido. Un ejercicio de libertad en tiempos en donde la libertad no sólo se vio amenazada, sino que estuvo prisionera junto a las palabras y los pensamientos de millones de europeos que sufrieron en carne propia las consecuencias de permitir que las ideas fundadas en el odio se convirtieran en las ideas mayores. Un libro de esos que uno deja siempre al alcance de la mano para volver a leer alguna parte que siempre resulta ser mucho mejor de lo que recordábamos.
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